Desde Afuera

El voto por correo es clave

Históricamente no ha sido raro que minorías étnicas en Estados Unidos denuncien campañas de intimidación

El voto por correo es clave
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

La votación para elegir Presidente de Estados Unidos empezó desde el 21 de septiembre, cuando varios estados comenzaron a enviar las formas para votar por correo, y aunque es algo establecido hace tiempo y cuestionado en las últimas elecciones y ahora por el candidato republicano Donald Trump, es posible y probable que alcance niveles sin precedentes.

Por un lado, es una comodidad. Las elecciones de EU se celebran el primer martes de noviembre y no implica un día feriado ni mucho menos. Quien desee votar puede hacerlo.

La concurrencia a urnas es voluntaria y las últimas elecciones demuestran en todo caso el interés de los estadounidenses en la política. En 2020, la asistencia superó los 150 millones de votantes, o sea 69% de los registrados y se espera que esta vez sea por lo menos igual.

Pero en ese marco. El voto ausente o adelantado, o sea el emitido por correo o por internet, podría superar 36% del total, como ocurrió hace cuatro años, y tal como entonces convertirse en la fuente de un debate y teorías de la conspiración casi infinitas.

Las razones son simples. La comodidad ciertamente. Para un país como Estados Unidos, con siete millones de km cuadrados de extensión y 320 millones de habitantes –incluso 240 millones de votantes posibles–, se espera se instalen unas 94 mil casillas de votación, o sea una cada 320 mil habitantes y frecuentemente en sitios centrales, pero no necesariamente de rápido o fácil acceso para todos los votantes, en especial las minorías.

En México, como comparación, en las elecciones pasadas hubo al menos 75 mil casillas de votación para 99 millones de votantes en un territorio de 1.9 millones de km cuadrados.

Pero también hay otros factores, quizá más importantes. Uno de ellos, seguridad o eso de votar sin temor, sobre todo, después de las elecciones de 2020 y su secuela de impugnación de voto y cuestionamiento de resultados.

Históricamente no ha sido raro que minorías étnicas denuncien campañas de intimidación, en estados como los que formaron la coalición separatista que luchó en la guerra de secesión de 1861-65, y al sur del país.

De acuerdo con el Proyecto de Movimiento de Avance, en un reporte de 2022, es un ejercicio que puede salir de ciudadanos privados, que en las elecciones de 2020 llegaron a ubicar autos tipo militar en las cercanías de algunas casillas de voto, a la asistencia a votar con armas de fuego visibles, como puede ocurrir en más de 30 estados, a la presencia de policías armados en casillas, en estados como Alabama donde los cuerpos de seguridad tienen mala con las minorías.

O como en Florida, donde el gobierno estatal auspicia medidas legales que bajo la guisa de proteger el voto tienen un efecto intimidatorio en grupos como los afroestadounidenses, y eso sin contar intentos de intimidar a trabajadores electorales.

El movimiento asegura que Trump ha promovido el hostigamiento de votantes, amén de que el exmandatario se ha expresado en contra del voto por correo, alegando que los demócratas "se alistan a hacer trampa", en especial los procedentes del extranjero.

Trump cuestionó en 2020 el voto ausente por considerarlo susceptible a fraude.

Pero es probable que las objeciones de los republicanos hayan sido porque el voto en ausencia favoreció a los demócratas y en particular al presidente Joe Biden.

México es el país del mundo donde se encuentran más residentes estadounidenses fuera de EU, y tanto demócratas como republicanos están movilizados para tratar de obtener su voto.

Pero otra vez, se esperan problemas el 5 de noviembre.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS   

COLABORADOR    

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                          

@CARRENOJOSE

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