Desde Afuera

El impacto creciente de actores informales

La situación es mas complicada porque Hamas compite con otra entidad, el Estado Palestino, que controla una porción mayor de territorios y población palestinos

El impacto creciente de actores informales
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

"En un momento en que la competencia entre grandes potencias está de moda y los debates sobre multipolaridad versus unipolaridad dominan las discusiones académicas y políticas sobre el orden global actual, es notable que los impulsores de muchos de los principales desafíos de seguridad en el mundo de hoy no son, en hecho, estados".

El ejemplo más inmediato del señalamiento de Paul Poast, profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Chicago, es la crisis de Gaza, donde un estado con reconocimiento limitado, como el encabezado por el movimiento político-militar Hamas, está en el centro de una crisis de proporciones mundiales y consecuencias enormes, significado por otro actor cuasiestatal: el movimiento de los hutíes, que amén de estar envuelto en una guerra civil en Yemen creó una crisis en el comercio global al disparar cohetes contra barcos cargueros que creen son de  propiedad judía, como expresión de solidaridad con los palestinos.

La situación es mas complicada porque Hamas compite con otra entidad, el Estado Palestino, que controla una porción mayor de territorios y población palestinos, y en cierta forma contra otra entidad política-militar palestina, el movimiento Hezbolá, aunque por ahora se consideren aliados.

Hezbolá, un grupo avecindado en Líbano, tiene la capacidad de crear problemas para Israel, su enemigo declarado, pero también para el resignado y debilitado gobierno libanés.

Pero de hecho se trata de una llaga creciente. O más bien una serie de llagas en el cuerpo de la política internacional: la capacidad de actores no estatales para influir en los procesos.

Y no se trata de entidades que como Taiwan o Kosovo sean estados constituidos aunque su existencia esté cuestionada por naciones mayores, como China Popular y Serbia; o como los grupos étnicos que se consideran a sí mismos como naciones y de hecho trascienden fronteras, como los kurdos, que están distribuidos en cuatro países (Turkiye -antes Turquía-, Siria, Irán, Irak) y aspiran o dicen aspirar a reunificarse para irritación o preocupación de sus  naciones "adoptivas".

Pero no se puede olvidar al Estado Islámico (ISIS), que aunque venido a menos llegó a ser una entidad con territorio en tres o cuatro países, de Irak y Siria a la África subsahariana.

Varios de ellos enfrentan de hecho la resistencia y se rebelan ante el orden político internacional, pero al mismo tiempo buscan y desean su reconocimiento.

Entre los más de medio centenar de conflictos armados que vive el mundo hay algunos que tienen raíces en movimientos de origen étnico, culpa ciertamente de la caprichosa manera en que potencias coloniales como Francia o Gran Bretaña crearon naciones.

Pero también hay nuevas formulaciones. Por su simple presencia y actividad, los grandes grupos delictivos pueden llegar a tener impacto político en algunos países y hasta incidir en su relación exterior con entidades que como las grandes empresas tecnológicas o financieras son también entes con un impacto mayor en ámbitos internacionales.

POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM           

@CARRENOJOSE

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