¿Qué quieres comunicar?

Ebrard y sus fantasías

El excanciller ha cosechado diversos triunfos a lo largo de 30 años

Ebrard y sus fantasías
Laura Puente / El Heraldo de Mexico / ¿Que´ quieres comunicar Foto: El Heraldo de Mexico

Marcelo Ebrard tendrá 7 largos años para digerir la derrota que le dio Claudia Sheinbaum en las elecciones de Morena para elegir a la Coordinadora de los Trabajos en la Defensa de la 4T.

Sus amigos, su equipo y asesores cercanos le recomendaron no romper con Morena ni con el presidente Andrés Manuel López Obrador. El riesgo es alto, ya que puede perder de la noche a la mañana todo el capital político que construyó durante los últimos 30 años.

A través de la asociación “El Camino de México” podrá medir en un plazo de 4 años si realmente le alcanza para conformar un nuevo partido tal y como surgió Morena, o en el peor de los casos, situarse como una especie de tribu, al viejo estilo del PRD, al interior del partido que aún encabeza Mario Delgado.

A Marcelo los días le demostrarán que sus seguidores están entre las clases medias, donde se pulverizan los adeptos entre Xóchitl Gálvez y su persona. Pretenderá desde el Senado de la República medir su fuerza política contra la posible próxima presidenta Claudia Sheinbaum, y los futuros diputados Adán Augusto López y Ricardo Monreal, quienes serán los verdaderos líderes de Morena, acompañados de Manuel Velasco y Fernández Noroña.

Los mensajes confrontativos, amenazantes y agresivos en contra de sus compañeros de partido sólo exhibieron que su interés personal estará por encima de todo. De allí que su estrategia lo llevará a medir si se unen a su causa millones de personas, así como diputados y senadores. En el mejor de los casos, le da para volverse a postular como presidenciable en el lejano 2030, aunque hay quienes dicen que apostará a impulsar la Revocación de Mandato en el siguiente sexenio.

Talento le sobra para deducir ideas, aunque tal vez la realidad sea su peor pesadilla, pues él sólo fue parte de un movimiento que encabezó Andrés Manuel López Obrador y no un personaje clave en la formación de Morena. Así, la soberbia de Ebrard lo convierte en un político con ideas hechas desde la fantasía.

El reloj marca la hora de anunciar que se queda en Morena y que seguirá en el movimiento. Bla, bla, bla. La oposición ni siquiera lo considera una opción sería, mientras que en Palacio Nacional solo les demuestra que es una hechura del grupo de Carlos Salinas de Gortari, sin límites y sin lealtades para quienes lo impulsaron. 

Ebrard se siente cómodo en su mundo de subalternos que solo lo escuchan, pues él y nadie más que él tienen la experiencia y sabiduría para saber qué pasos son los mejores en su carrera política. Solo recordemos cómo acabó con Miguel Ángel Mancera y ahora cómo se vislumbra el futuro y sus relaciones políticas con Morena y aunque le pese a él, con la próxima presidenta de México.

Marcelo quiso presionar haciendo alusión en cada recorrido de aquel lejano 2012, cuando aceptó su derrota contra Andrés Manuel López Obrador para ser el candidato del PRD a la Presidencia, pareciera que el presidente tenía una deuda con él, cuando en realidad la pagó en 2018 al revivirlo de su exilio en Francia.

Hoy sus discursos y amenazas de irse del partido son irrelevantes, aburridos y repetitivos. En esta familia política llamada Morena, conocimos al hermano más chiple del Presidente.

TWITTER: @LauraPuenteEn

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