Mirando al otro lado

¿Asalto al poder o democracia?

Los comicios recientes cerraron el ciclo de procesos estatales previos a la contienda por la presidencia en 2024

¿Asalto al poder o democracia?
Ricardo Pascoe Pierce / Mirando al Otro Lado / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Los comicios recientes cerraron el ciclo de procesos estatales previos a la contienda por la presidencia en 2024. Los resultados son agridulces. La confrontación entre fuerzas promete una guerra sucia de prolongadas y profundas consecuencias para México. El resultado de la contienda definirá si el país cae en el autoritarismo o logra consolidar sus instituciones democráticas.

El balance de las elecciones estatales recientes ilustra los problemas que se avecinan.

Culpar al gobernador por la derrota de Va Por México en el Estado de México es un reflejo de la pequeñez de las dirigencias de los partidos integrantes de esa coalición. En vez de colocarse en una posición de reflexión autocrítica, empezando por la baja participación ciudadana y el poco interés creado por sus propuestas de campaña, su explicación fácil ha sido culpar a otros. Como consecuencia, también se busca encontrar consolación en la mecánica sumatoria de resultados electorales de Edomex y Coahuila, convenciéndose de que, juntos, reflejan a un México partido a la mitad.

Pero el hecho de no haber encontrado el “lenguaje adecuado” para la campaña del Estado de México debe preocuparnos, y mucho. Alejandra del Moral probó legítimamente una ruta discursiva en la campaña. No quiso realizar una campaña de virulencia verbal contra el morenismo y contra su candidata, bajo el argumento de que la polarización no se combate con más polarización. Sin embargo, la combatividad moviliza a más sectores sociales de lo imaginable, justamente en tiempos de polarización. Es cierto que la polarización destructiva es el instrumento privilegiado de López Obrador y su partido. Pero el otro lado del pasillo está profundamente herido y asediado, y busca resarcir sus posiciones. Y sabe que eso no se logra sencillamente poniendo la otra mejilla.

El argumento de la coalición de Va Por México en el Estado de México tiene cierto paralelismo con la lógica y el pensamiento que subyace en la política obradorista de “abrazos, no balazos”. La idea de López Obrador de llevarse amablemente el crimen organizado, tolerarlo y esperar que se comporte ordenadamente. Eso sucedió en los años ochenta, cuando Manuel Bartlett diseñó la relación del Estado mexicano con el cártel de Guadalajara, a través de la Dirección Federal de Seguridad. Lo que sucede es que, con el advenimiento del México democrático, ese modelo de Estado autoritario y oscuro que no rinde cuentas sobre sus negocios y complicidades se acabó, y la posibilidad de esa “negociación mutuamente beneficiosa” terminó siendo inviable. En una sociedad abierta y democrática la relación con organizaciones que actúan contra el Estado de derecho es imposible de administrar y menos justificar. Es por ello que la política de “abrazos, no balazos” está en ruinas, y su fracaso está a la vista de todos.

En este tenor de cosas, la coalición Va Por México tendrá que descubrir cuál es la mejor narrativa para ganar las elecciones del 2024. Esa narrativa reside en algún lugar entre un agresivo ataque a todo lo Morenista, sin piedad y sin tomar prisioneros, pero también con el propósito de ofrecerle a México un futuro tangiblemente mejor que el apocalipsis que ha construido AMLO durante los seis años de su presidencia. Es un punto intermedio complejo, pero debe construirse. Una conclusión sobre la campaña en el Estado de México es que ese punto de equilibrio no se encontró. Se intentó, sin duda, pero tan no se logró que ni todos los apoyadores de la coalición Va Por México sintieron la necesidad “histórica” de salir a votar. No resultaba apremiante, vital, necesario. La narrativa expuesta no logró transmitir esa urgencia. 

Hay que reconocer que fueron muchos los yerros de este lado. No se puede responsabilizar exclusivamente a los contrincantes. ¡Claro que operaron una elección de Estado! Pero  organizaron muy bien sus transas. Hay que reconocerles eso, por lo menos. Prueba de ello es que no hay prácticamente rastro impugnable del hecho fraudulento. Movieron estructuras de todo el país, gobernadores, presidentes municipales de estados colindantes, votantes registrados provenientes de otras entidades (hablaron de por lo menos 70 mil votantes traídos de fuera). A pesar de ello, no se observa un potente movimiento ciudadano protestando contra el fraude electoral ni contra Morena en el Estado de México. Como tampoco hay un movimiento anti fraude en Coahuila. La notoriamente baja participación de electores arroja una fotografía bastante fidedigna acerca de dónde está la cabeza de la sociedad mexicana. 

Fue una elección de los aparatos partidistas. Y Morena mostró más aparato que la coalición opositora. Ese hecho merece una reflexión acerca de lo que nos espera para el 2024. Y no es para adoptar una postura derrotista. No. Es cosa de realismo acerca del carácter de la guerra que se va a enfrentar en el 2024, para diseñar los anticuerpos necesarios para equilibrar el campo de batalla.

Una de las lecciones más importantes del libro El Arte de la Guerra, del afamado Sun Tzu, es que para tener éxito en la guerra es absolutamente fundamental conocer a fondo al enemigo. Cómo es su pensamiento, su psicología, sus fortalezas y debilidades, sus formas de combatir, las rutas y métodos de abastecimiento de armas y alimentos de su ejército, sus contradicciones internas, sus tácticas y estrategias más comunes y, finalmente, sus hábitos. Conociendo todo lo que hay que saber del enemigo, sin prejuicios ni cegueras propias, es el inicio del proceso para derrotarlo. 

Y, por supuesto, que ese conocimiento vasto permite que el ejército propio pueda prepararse para enfrentar y derrotar al enemigo a veces incluso basándose en el engaño y la decepción. Conocer al enemigo permite al buen general preparar a su ejército para enfrentar con estrategias adaptadas a las formas tradicionales del enemigo superior en números pero careciendo de la flexibilidad de las tácticas de un ejército flexible y más adaptado al conocimiento de lo que previsiblemente hará el enemigo. 

Ucrania es el ejemplo moderno de cómo un ejército más pequeño y con menos poder de fuego pero que, con estrategias y tácticas de movilidad y engaño, supo contener y frenar a un enemigo invasor mucho mayor en número de efectivos y en poder de fuego. Además, el gobierno ucraniano logró movilizar a su pueblo con un gran consenso social contra los invasores. Ucrania es el ejemplo vivo de la aplicación de las enseñanzas del Arte de la Guerra. 

Precisamente por las lecciones de Sun Tzu es que es necesario no engañarse sobre las derrotas propias y mucho menos sobre las debilidades propias. El autoengaño es la antesala a una derrota mayor. La experiencia del Estado de México debe servir como un aprendizaje de lo que no hay que hacer ni repetir. Y abre las ventanas de oportunidad para rutas alternas. Hay mucho que aprender de esa elección, pero inicialmente lo importante es no engañarse acerca de quién es el responsable de la derrota propia. El responsable es uno mismo, no otros. Los otros factores son todos los elementos que no se analizaron bien. Y definitivamente no se entendió correctamente cómo estaba operando el enemigo. Prueba de ello es que existen escasas pruebas de los métodos que utilizó para inflar su votación. Tengamos la absoluta certeza de que el enemigo también aprendió cómo operar subrepticiamente para lograr una votación superior a la oposición.   

Esos métodos son los que van a aplicar en el 2024. ¿Cómo funcionaron los operadores de tierra para presionar a los beneficiarios de los programas sociales a que votaran por Morena? ¿Cuál fue la coordinación morenista con el crimen organizado y la presión sobre electores? ¿Qué papel jugaron los agentes de otras entidades-gobernadores, legisladores, ediles, etc en el resultado final? ¿Se cubrieron todas las casillas? ¿El dinero público aceitó la elección para la compra de votos? ¿Cómo fueron movilizados los falsos electores de otros estados? ¿Cuál es el impacto de la marca Morena y la marca AMLO?

Estos, y seguramente otros elementos más, jugarán en la elección del 2024 a favor de Morena y sus candidatos. El piso objetivamente no es parejo. Por tanto la estrategia de la oposición debe ser cómo enfrentar ese piso disparejo, para rendirlo inoperante. Eso se logra conociendo a fondo al enemigo y movilizando a todos los miembros del ejército opositor con una sólida, animosa y dura narrativa compartida contra el enemigo, con unidad interna y estrategias y tácticas específicas para contener, engañar y confundir al enemigo, además de contar con un brazo largo y profundo inserto dentro de la sociedad, para que sea la ciudadanía de todos los estratos sociales movilizada a favor de la causa democrática. Es decir, debe fomentar un estado de ánimo social favorable a la causa. 

No hay tiempo que perder. Las tareas por delante están expuestas. Que la autocrítica sea implacable y, también, generosa para convertir cada problema en una oportunidad para entender y resolver algo, mirando siempre hacia adelante. Ahora vienen las grandes definiciones: ¿habrá asalto al poder o consolidación democrática?

Ricardo Pascoe Pierce

ricardopascoe@hotmail.com

@rpascoep

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