Cascabel al gato

Explicando la resbaladilla de Va por México

En 2015 Morena participó en sus primeras elecciones. En esos comicios el novel partido sacó casi el 9% de los votos

Explicando la resbaladilla de Va por México
Adrián Velázquez Ramírez / Cascabel al Gato / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

En 2015 Morena participó en sus primeras elecciones. En esos comicios el novel partido sacó casi el 9% de los votos. Por su parte, los votos del PAN, el PRI y el PRD sumados representan poco más del 64% de los votos emitidos en esa jornada. Apenas ocho años después el panorama es radicalmente diferente.

En la más reciente encuesta de Buendía & Márquez, Morena registra una intención de voto del 41% mientras que los tres partidos de la coalición “Va por México” apenas alcanzan un 29%. Más preocupante aún es que en los últimos seis meses diversos estudios de opinión marcan una caída sostenida en la preferencia electoral de estos partidos y que todos sus posibles candidatos tienen una imagen negativa.

Si en las elecciones de 2021 la coalición “Va por México” se entusiasmó con los resultados obtenidos, a poco más de un año para la elección presidencial, los números marcan un sombrío panorama. ¿Cómo explicar este cambio de escenario?

Podemos identificar cuatro factores. El primero es que en aquel 2021 estábamos en plena pandemia. Esto impactó en al menos dos sentidos: abstencionismo y preocupación por la economía. Los oficialismos alrededor del mundo fueron duramente castigados en este contexto. Sin embargo, entre finales del año pasado y el presente año la economía muestra otra dinámica: el desempleo está en mínimos históricos (2.4% en marzo), en enero aumentó un 20% el salario mínimo y la inflación continúa desacelerándose.

El segundo factor tiene que ver la postura que la oposición asumió frente a medidas y reformas propuestas por el obradorismo. Caso emblemático fue la fallida reforma eléctrica del 2022, que pese a ser evaluada positivamente por la ciudadanía, fue descartada por una oposición que se declaró en “moratoria constitucional”. Si bien esto fue celebrado por la oposición como una victoria lo alejó aún más de los intereses de la sociedad.

Como tercer factor podemos ubicar la resonancia de ciertos casos de corrupción y el avance de las investigaciones que tienen a funcionarios del PRI y del PAN como protagonistas. Los casos de García Luna, Peña Nieto, Emilio Lozoya, el Cártel Inmobiliario en la Ciudad de México, Murillo Karam, Ricardo Anaya, Alito Moreno y un largo etcétera le ha pasado factura a una dirigencia que más que curriculum presume un robusto prontuario.

El cuarto factor es la mala lectura del proceso abierto en 2018 que ha servido como base a la estrategia de la oposición. La interpretación en clave “democracia o autoritarismo” sólo emociona a cierto sector de la opinión pública y si bien ha permitido sedimentar a un núcleo duro de votantes, le ha impedido disputar a esa amplia mayoría que está de acuerdo con el rumbo del gobierno de López Obrador.

El último factor tiene que ver con lo difícil que les ha resultado a los partidos de “Va por México” integrar una verdadera coalición. Décadas de enfrentamiento no se resuelven de un plumazo y esto se nota en la impericia para definir liderazgos y candidaturas. A la espera del resultado del Estado de México, la definición de la candidatura de esta coalición pinta para telenovela.

Adrián Velázquez Ramírez

Colaborador

@AdrianVR7

MAAZ

 

 

Temas