Mucho de que hablar. Vivimos tiempos de dilemas electorales. La Maestra Delfina Gómez puede ganar las elecciones a pesar de Morena. Por su parte, Alejandra del Moral tiene todo para ser la próxima gobernadora, siempre y cuando, recomponga en lo inmediato, su equipo de campaña y discurso político. En el caso de la Maestra Gómez, sabe que debe lidiar con los distintos grupos políticos locales morenistas que le acompañan, que la miden con más debilidades, de las que, en su caso, se pueden aprovechar más sus coordinadores, que de aquellas fortalezas, que la señora tiene, en su patrimonio personal.
Alejandra del Moral, debe saber, que tiene que remontar obstáculos propios de la competencia electoral con su opositora de morena, al igual que superar, urgentemente, los peores obstáculos al interior de su partido, que los que representa sus opositores.
Los coordinadores de morena ven a la Maestra Delfina débil y vulnerable, pero, al fin y al cabo, conveniente a sus personales intereses, es decir, que, si gana la Maestra Gómez, ellos calculan aprovecharse del triunfo, y si pierde, simplemente, la culpa será del todo, de Delfina Gómez.
Por su parte, Alejandra del Moral, debe saber muy bien, que sus posibilidades de ganar las elecciones son reales, sin embargo, no puede soportar ella sola, la carga total de la responsabilidad que implica ser la candidata del gobernador de su partido. Si, quien, o quienes, lograron hacerla candidata, la dejan a su suerte, simplemente, sin el menor escrúpulo, revelará simplemente, que, la usaron para proteger su pellejo, sin impórtales, el futuro de la población del Estado de México.
Delfina Gómez, con todas sus vulnerabilidades personales, está protegida por el poder supremo de la nación, sin embargo, quienes la rodean, comenzando con sus paisanos, apuestan a ganar—ganar, es decir, si Delfina gana, ellos ganan más que ella, porque piensan que, por encima de la gobernadora electa, ellos gobernaran. Por el otro lado, si ella pierde, también ganarán, desde lo económico hasta lo político, manteniendo viva, su esperanza de ser los próximos candidatos.
Alejandra del Moral, deberá cuidarse de la traición de los simuladores, quienes, con todo y sus prestigios personales bien ganados, no les importa más que sus interese personales, y no están dispuestos a arriesgar nada, ni un peso, tampoco ni una pizca de su prestigio, en favor, de la causa que representa del Moral.
Alejandra del Moral puede ganar. Necesita restructurar su equipo de campaña y asegurarse, que los coordinadores y asesores que la rodean, contribuyan a ganar y no a perder, que aporten y no medren, como parece ser el caso de algunos de ellos.
Alejandra misma y su partido, necesita tener más ganas de ganar que miedo de perder. La competencia es real, la narrativa de Morena es poderosa, la del PRI, parece más endeble que inspiracional.
Alejandra del Moral parece más utensilio que poderoso misil. Aún hay tiempo de corregir. Cambiar su discurso resulta indispensable, no puede seguir atada a una cuerda floja, por el contrario, que potencialice su encanto, que presente la experiencia y capacidad real que ella tiene, que suelte el lastre institucional que la limita, que ejerza su liderazgo personal.
No más fotografías de estudio que muestran solo poses, se requieren imágenes que revelen solidaridad y empatía con las causas de la ciudadanía. No más discursos institucionales que oculten el talento, capacidad, sensibilidad y compromiso que ella posee. Alejandra tiene de sobra capacidad, para ganar y gobernar. Que las fuerzas retrógradas que no quieren ganar, se consuman en su mar de miedos, culpas y mediocridad, y la candidata de la coalición “Va por el Estado de México” superando los dilemas propios de una campaña, salga adelante, por el bien supremo, de la población del estado.
POR FERNANDO ALBERTO GARCÍA CUEVAS
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