¡Claudia es la favorita de Andrés!, ¿Elogio o absolución? La paridad de género es un principio constitucional de participación equilibrada, justa, y legal, que asegura que las mujeres tengan una participación y representación igualitaria en la vida democrática de nuestro país.
La participación de las mujeres en la política se ha modificado a raíz de la lucha que durante décadas hemos realizado. Desde 1955, que las mujeres votaron por primera vez, hemos logrado avanzar hasta conseguir representatividad, derechos o libertades.
Sin embargo, a pesar de los avances en materia de igualdad y paridad, se sigue ejerciendo violencia de género. La desacreditación y menosprecio de la trayectoria y preparación profesional de las mujeres, sigue siendo uno de los actos violentos que se ejerce en contra de nosotras.
Se presume que Claudia Sheinbaum es la favorita de Andres Manuel López Obrador, y las encuestas la posicionan como la más aceptada por la sociedad para ocupar la candidatura a la Presidencia de la República, y la etiqueta ha sido “ser la favorita del Presidente”, sin tomar en cuenta su trayectoria como política, académica y científica mexicana, con estudios de maestría y doctorado, con logros obtenidos con su trabajo y desempeño. Esto desacredita y discrimina, y lo viven muchas mujeres que aspiran a este cargo o a cualquier otro.
Al 1 de enero de 2023, solo 17 países están presididos por una jefa de estado y 19 países tienen jefa de gobierno, con estos números la igualdad de género no se logrará por otros 130 años (ONU Mujeres).
Así mismo, vemos a más mujeres que desean participar, y que de la misma manera se les ha etiquetado como “hija de”, “familiar de”, “preferida de” entre otros, y en los peores casos, se cosifica y sexualiza, insinuando que la sexualidad es utilizada como una herramienta para conseguir una posición.
La Sororidad es una acción no obligatoria, tenemos derecho a no estar de acuerdo en formas de pensar, sin embargo, el reconocimiento y valoración si debe ser un tema generalizado, ya que nadie, ni hombres, ni mujeres pueden llegar ahí, si no se ha tenido una carrera profesional fructífera.
Pero la cuestión es la siguiente: ¿estamos preparados como sociedad para poder reconocer la trayectoria propia de cada una y lograr que una mujer gobierne nuestro país?. Las etiquetas nos desacreditan, nos discriminan y nos quitan valor, por eso ninguna mujer es “la favorita” de nadie, y debemos empezar a reconocer los logros de todas.
POR BRENDA BORUNDA
@BRENDABORUNDA
LICENCIADA EN DERECHO Y MÁSTER EN ESTUDIO Y PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO POR LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA / EXDIPUTADA FEDERAL DE LA LXIII LEGISLATURA DEL CONGRESO DE LA UNIÓN
PAL