No solo se repartieron el pastel antes del banquete; se lo están comiendo y pueden atragantarse. Antes de cruzar la aduana electoral de este año –Edomex y Coahuila- las dirigencias del PAN y PRI, están concentradas en el reparto de candidaturas y posiciones de cara a 2024. Como el PRI pondrá candidatos en ambas entidades que este año renuevan gubernatura, los panistas llevarán mano en el proceso de selección de los aspirantes a la Presidencia y Jefatura de gobierno.
No saben cómo les irá electoralmente este año, pero Marko Cortés y Alejandro Moreno, fuerzan una fuga hacia adelante, pues de la alianza entre sus partidos depende su permanencia en el cargo. Ambos, más ‘Alito’ que el dirigente panista, anclan su permanencia al acuerdo cupular. Utilizan a los ciudadanos para el discurso, y al PRD para la foto, pero en el fondo la licuadora en que se convirtió Va por México se trata de su sobrevivencia.
No importa el programa ni propuesta, tampoco las causas ni congruencia. Importa el rédito político. Su unión se trata de que no gane Morena y AMLO. ¿Qué proponen a cambio? Nada hasta ahora. Lo único claro es que van juntos porque se necesitan. Ni siquiera porque se quieran o coincidan. Mucho menos porque confíen uno en el otro. ‘Alito’ ya traicionó lo pactado en la mesa por la alianza –cuando el PRI propuso y avaló una reforma constitucional que dio permanencia transexenal a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad-, pero aun así la unión se mantiene. No es por un principio ideológico o consistencia programática. Es por cálculo electoral y conveniencia política.
Van tan encarrerados ambos dirigentes a degustar una rebanada de su propio pastel, que olvidaron al más pequeño de sus invitados. Ninguno se acordó del PRD, hasta que Jesús Zambrano alzó la voz y pidió un poco de pudor a sus aliados. Claro que al sol azteca, cuya presencia nacional apenas supera el 3%, no le alcanza para pelear una candidatura a gobernador y su rol es más testimonial que otra cosa.
Es obvio que el deseo de Cortés y Moreno es ganar espacios e incrementar su poder, ¿pero y los ciudadanos? ¿Qué no los iban a poner en el centro? Porque el menjurje ideológico que conforman PAN-PRI-PRD no encuentra soporte en las plataformas de cada partido, sino –en todo caso- en la representatividad que puedan darle a la ciudadanía inconforme, aglutinándola en el paraguas de la oposición.
En los hechos, los “ciudadanos”, no aparecen más que en el discurso. Pura saliva. En los hechos, los acuerdos y la repartición siguen siendo cupulares.
Off the record
Si cuando la ministra de la SCJN acuda a defenderse ante el Comité de ética de la UNAM se confirma lo que semanas después de desatado el escándalo dijo Édgar Ulises Báez sobre que “sí tomó partes de la tesis” de Yasmín Esquivel, no solo estaremos frente a un caso para el análisis académico, sino descriptivo de la hoguera pública que ya habría enjuiciado y encontrado culpable a la ministra.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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LSN