OTROS ÁNGULOS

No saben qué hacer para abastecer medicinas

Aceptar cargos y tareas para las que no se está preparado es un alto grado de corrupción y el costo puede ser fatal

OPINIÓN

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Raúl Cremoux / Otros Ángulos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La improvisación, la ineptitud y las ocurrencias tan características de la Cuatroté causan la muerte de miles de mexicanos. Es el caso de no saber qué hacer con las medicinas.

AMLO acusó al grupo empresarial recolector y distribuidor de medicamentos de ser un apéndice de lo que dijo desterraría: la corrupción. Es probable que en esas organizaciones hubiera malos manejos ya que eran un puñado que abastecía al mercado y hacía llegar los productos farmacéuticos hasta el último rincón del país. No obstante no se investigó ni se castigó a los supuestos corruptos.

A cambio de ello, se improvisó a la señora Raquel Buenrostro, designada Oficial Mayor de Hacienda y Crédito Público como la directora responsable de surtir las medicinas a todo el país. ¿Qué experiencia tenía esa persona en esa compleja tarea? Ninguna pero gozaba de la confianza y el afecto presidencial.

Inmediatamente se vieron los resultados. A las farmacias no llegaban las medicinas, ni a los hospitales ni a los centros de salud ni a dónde era necesario. Solo en el primer año, fueron 29 millones de recetas no surtidas. Para los dos próximos años, 2020 y 2021, era notorio que la secretaria de Hacienda sabe cobrar impuestos pero ignora cómo y dónde comprar el paracetamol o la ampicilina y mucho menos sabe cómo hacerlos llegar a Juchitán o a Mocorito.

Alguien de gran dimensión en el epitelio cerebral propuso al Presidente que le pidiera a la ONU ( Organización de las Naciones Unidas) que se hiciera cargo de esa intrincada, difícil y meticulosa tarea. La ONU, enfrascada en los problemas del Medio Oriente, de la inmigración en 27 países y en procurar La Paz en el planeta, fue incapaz de prestar atención a un problema doméstico de un país que debiera saber cómo obtener (se le llama Compras Consolidadas) y distribuir las medicinas.

La suma de recetas no surtidas aumentó un 34% adicional a lo anterior. El panorama médico resultó aterrador: Covid, rebaja de presupuestos a todo el sector salud, desprestigio para médicos reconocidos, imposibilidad de contratar médicos mexicanos y preferencia en hacer venir supuesto personal médico de Cuba y Venezuela.

Más tarde se encomendó la tarea de las medicinas al INSABI ( Instituto Nacional de Salud y Bienestar) que ya venía cuesta abajo por la serie de errores e improvisaciones que tuvo desde su creación. Esta cosa chata y mal hecha terminó por desaparecer oficialmente y se destinó “el asunto de las medicinas” a la empresa Birmex administrada por el Ejército que a su vez contrató a dos empresas privadas (Avior y Médica Farma Arcar) para que distribuyera los medicamentos y material de curación del IMSS. Tampoco funcionó.

Ahora será la Secretaría de Salud la encargada de realizar el trabajo de hacer las compras de los fármacos que continúan sin llegar a los hospitales ni a las farmacias y claro está, a los pacientes que son quienes las requieren y muchos de ellos con urgencia.

Aceptar cargos y tareas para las que no se está preparado es un alto grado de corrupción. El costo del aprendizaje puede ser fatal para los supuestos beneficiarios y, en este caso, los corruptos son muy numerosos y de un alto, muy alto nivel.

POR RAÚL CREMOUX

ESCRITOR Y PERIODISTA

@RAULCREMOUX

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