Dejemos de lado su música. Hablemos de la persona, sobre la que rondan desde hace años señalamientos y denuncias. La cantante ha quedado envuelta, en innumerables ocasiones, en presuntas actividades delictivas. Demasiados expedientes, desde hace muchos años, como para ser coincidencia. Pero ella, inevitablemente, asume el rol de víctima.
Según sus versiones, nunca ha sido responsable de nada y siempre ha sido manipulada; peor aún, cuando los medios señalan que hay alguna investigación por parte de autoridades, acusa sin bases que se trata de “presiones” o “campañas de desprestigio”. En serio, ¿tantos episodios contra quien es una blanca palomita? ¿Una simple víctima?
Apenas el pasado lunes se dio a conocer que la FGR tiene un expediente en su contra por defraudación fiscal y que incluso ya ha sido citada. Desde hace un par de años, el periodista Óscar Balderas informó de las investigaciones que la UIF y la Fiscalía iniciaron desde 2015 por la creación de una red de lavado de dinero. El tema es todo menos novedad.
Como la cantante nunca es culpable, arremetió contra Tv Azteca, tratando de deslindarse de los presuntos delitos cometidos, como si una televisora dictara en la investigación de las autoridades. El objetivo fue desviar la atención, como ha hecho antes.
Ella dice que “ya fue juzgada y encontrada inocente de todas las acusaciones en su contra” por el presunto abuso de menores que habría protagonizado –según denuncias- junto con el productor Sergio Andrade-, pero la realidad es otra.
El juez de Chihuahua que la “absolvió” solamente resolvió la denuncia presentada por una niña (Karina Yapor) y, como aparece en la sentencia que consta en dicho expediente, sorpresivamente el juez no tomó en cuenta el resto de los testimonios de otras menores que habrían sido abusadas, maltratadas, privadas de su libertad y violadas por la red de la que habría formado parte.
Pero no es el único caso. Apenas en enero pasado la revista estadounidense Rolling Stone dio a conocer que la cantante enfrenta una nueva demanda civil por corrupción de menores en una corte del distrito de Los Ángeles, California. La demanda, presentada por dos mujeres, cuya identidad fue reservada por seguridad, relata cómo la cantante las abordó cuando tenían 13 y 15 años y atrajo para que se unieran al supuesto programa de capacitación musical que lideraba su socio Andrade.
Según las afectadas, el supuesto programa que habría liderado el clan Trevi-Andrade servía como tapadera de una red sexual de jóvenes que durante años fueron explotadas y abusadas sexualmente. Pero según Gloria Trevi ella sólo es una víctima. El rosario de acusaciones, señalamientos y procesos penales que acumula son demasiados como para resultar mera coincidencia. Las explicaciones que debe, tanto en México como en EU, son muchas.
¿Algún día la justicia la alcanzará?
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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