COLUMNA INVITADA

Gobiernos de Coalición

Falta una gran ingeniería gubernamental para lograr que el poder Ejecutivo y su gabinete sean plurales

Gobiernos de Coalición
Gustavo de Hoyos Walther / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

Los gobiernos de coalición suelen ocurrir de manera más natural en regímenes parlamentarios. Los tipos de gobiernos presidencialistas, como la mayoría de los regímenes latinoamericanos, incentivan más el modelo del winner-takes-all, donde un partido constituye un gabinete homogéneo.

Ese modelo quizás haya llegado a su fin con el obradorato. Se necesita ahora de una gran ingeniería gubernamental para lograr que el Poder Ejecutivo y su gabinete se constituyan por una pluralidad de visiones. Esta ingeniería debe ser obra de una gran coalición ciudadana-partidaria conformada por la sociedad civil organizada y los partidos. El objetivo es que el próximo gobierno se integre por los mejores hombres y mujeres, sin importar sus filiaciones partidistas o no partidistas.

Para decirlo con la mayor claridad posible: un gobierno de coalición, en este caso, sería aquel encabezado por un Presidente de la República, cuyo gabinete ampliado estaría compuesto por personas pertenecientes ya sea a otro partido político o a fuerzas de la sociedad civil.

Esta sería la primera vez, al menos en nuestra historia moderna, en que esto ocurriera por diseño. En el pasado lo que ha pasado es que un jefe del Ejecutivo designaba, ya en el poder, a algún miembro de su gabinete de otro partido político. Existen varios ejemplos en la historia reciente del país.

Estos casos, sin embargo, no fueron parte de una negociación de los partidos ocurrida antes de la elección ni fueron parte de un diseño intencional de gobierno. Y esto es precisamente lo que se intenta hacer en esta ocasión.

Pero en 2024 habríamos ya aprendido cómo ocurre esto a partir de una experiencia previa, pues esto es exactamente lo que sucederá en 2023 en Coahuila y el Estado de México. Efectivamente, en ambos estados los partidos de la oposición ya se pusieron de acuerdo que gobernarán, en caso de ganar, de manera conjunta.

Sin duda, ha llegado la hora de los gobiernos de coalición en México. Esto se hizo necesario, en parte, porque estamos viviendo una experiencia autocrática con el actual gobierno. El obradorato podría concebirse como una enfermedad del unipartidismo, cuya cura es un diseño multipartidista y ciudadano de Gobierno.

Esto también ocurre porque ninguno de los partidos de la oposición tiene la masa crítica suficiente para gobernar sin el concurso de los otros. Esto no significa que los partidos perderán su identidad ideológica, la cual sin duda conservarán.

Ahora bien, la gran ventaja del gobierno de coalición es que, a través de él, se podrá arribar a una agenda muy consensuada que se funde en acuerdos esenciales dejando a un lado extremismos ideológicos que ya no funcionan. Todo esto facilitará un acuerdo entre fuerzas políticas dispares que permitirá diseñar una agenda de reconstrucción del país a partir de la tolerancia, la pluralidad, el federalismo, el bienestar social y el progreso económico.

En suma: la democracia post-obradorista será una donde se comparta la autoridad con visión de largo plazo y donde nadie será dueño absoluto del poder. Un gobierno con todos y para todos.

POR GUSTAVO DE HOYOS WALTHER

@GDEHOYOSWALTHER 

CO-FUNDADOR DE UNID@S 

LSN 

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