Quienes tuvieron que dejar de jugar con fuego son algunos diputados federales de Morena, entre los que se cuentan Miguel Torruco, Aleida Alavez y Patricia Armendáriz, quienes aseguraban que de motu propio constituyeron un fondo para contratar más anuncios espectaculares con la silueta de Claudia Sheinbaum en alrededor de 100 localidades del país. Una de dos: o los legisladores mintieron y fueron usados como fachada, o en su afán de querer ayudar a la jefa de gobierno no se dieron cuenta que se la están llevando entre las patas al poner en riesgo su candidatura, por la andanada de demandas de la oposición y ciudadanos ante el INE, quienes argumentaron que la campaña violó una serie de preceptos legales, incuso a nivel constitucional. Más allá de lo anterior, los legisladores afines a Sheinbaum provocaron una fisura dentro del partido, lo que hoy podría poner en riesgo lo que parecía un triunfo seguro de Morena en la elección de 2024. Quizá por ello Andrés Manuel López Obrador, a pregunta expresa sobre la campaña de Sheinbaum y sus amigos, dijo que al que obra mal se le revierte en sus actos.
La ministra Yasmin Esquivel Mossa subió a twitter un comunicado en el que se autocalifica como “mujer íntegra”, asegura ser objeto de una campaña de mentiras y difamaciones sin sustento, reitera ser víctima del plagio de su tesis y enumera lo que ella considera cinco elementos de prueba. Más allá de que para muchos ese listado de elementos puede no probar nada, en este asunto urge un posicionamiento claro y sin ambages por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México, que demuestre que un título de la institución vale más que un papel falso. Para llegar a la verdad en este caso debemos reconocer la versión del “otro alumno” como le llama Esquivel al autor de la tesis gemela publicada en 1986, un año antes de la de Esquivel Mossa, con la seguridad de que Edgar Ulises Báez Gutiérrez no haya sido coaccionado, que no se le haya sobornado y tampoco haya sido objeto de amenaza alguna por parte de los poderes Ejecutivo o Judicial. Por cierto, Edgar Ulises hace unas horas dijo que NO HA DECLARADO ANTE NADIE, y que su tesis fue antes que la de Esquivel. Asimismo, falta declarar a Martha Rodríguez Ortiz, directora de tesis de ambos, para que responda, al menos, porque no advirtió a Esquivel que su tesis era idéntica a otra, publicada un año y dos meses antes. En términos de ley, “Primero en tiempo, primero en derecho”, Báez Gutiérrez presentó primero su tesis, por tanto, es su derecho y la plagiadora es Esquivel. En este asunto el tiempo apremia, a partir de este lunes los ministros de la corte deberán constituirse en órgano electoral para votar por nuevo presidente.
El naciente 2023 no será un año sencillo para el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno por tres Grandes razones: uno, sigue vivo en San Lázaro el tema de su desafuero y lo más seguro es que está en la agenda de prioridades de la bancada de Morena, principalmente de la Sección Instructora. Dos, la que está preparando la gobernadora de Campeche Layda Sansores para su primer programa radiofónico del año Martes del Jaguar, que a pesar de tener restricciones legales, la mandataria estatal insistirá en presentar más evidencias de corrupción de Alito en su estado. Y tres, la avalancha de impugnaciones, protestas y denuncias que los priístas de todo el país presentarán a lo largo del año para tumbar al que en los últimos años le ha hecho tanto daño al partido tricolor que perdió más de 10 gubernaturas, caer al tercer lugar como fuerza política en el Congreso de la Unión y minar su credibilidad política debido a sus actos de corrupción así como la modificación de los estatutos del partido para prolongar su período como dirigente hasta 2024. A lo anterior, súmele usted que este año dos bastiones gubernamentales que todavía conserva el tricolor están en riesgo de caer a manos del morenismo: Coahuila y el Estado de México que históricamente han sido priístas. Dicen que mal empieza la semana para quien ahorcan en lunes…
POR ENRIQUE MUÑOZ
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