Molti Diversi

A unos meses del mundial

El futbol para algunos es un deporte más, para otros se ha convertido en su religión. Dos meses antes del mundial, les presento esta analogía entre el futbol y la religión

A unos meses del mundial
María del Mar Barrientos / Molti Diversi/ Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

Falta muy poco para que se lleve a cabo el Mundial de Futbol en Qatar 2022. Sin duda, ha dado mucho de qué hablar por la sede en donde se llevará a cabo, y en donde muchas dudas surgen respecto a esto. El futbol no es un deporte, es hoy en día, una religión.

Dicen que el ser humano tiene la necesidad de creer y de dirigir sus pasiones más elevadas a mitos en los que despliega sus fantasías. En esa carrera por escapar de la realidad es en donde aparece la nueva religión del siglo XXI. Este culto supera en seguidores a la devoción cristiana o musulmana, mayoritarias pero que engloban al 50 por ciento de la población mundial.

Hoy, la pasión por el futbol alcanza a todas las razas, lenguas y credos. Según la FIFA, 270 millones de personas lo practican de manera habitual en todo el mundo. La cifra de los aficionados que lo siguen es incalculable.

No por casualidad, varios escritores famosos, han convertido sus palabras en frases célebres para referirse al futbol. Mario Vargas Llosa, por ejemplo, expresó hace varios años que el futbol se ha convertido en una religión laica: “Antes, sólo las religiones convocaban esa especie de manifestación irracional, colectiva”. Hoy, es el futbol la religión que desata pasiones y crea fanatismos, y “su dios” son los héroes futbolísticos, basta con fijarse en la devoción con que los aficionados los veneran, la pasión con que se

AApueden enfrentar a quien menosprecie sus colores, sus símbolos, los enormes peregrinajes que practican los aficionados por seguir a su equipo.

No haría falta hablar de Maradona, de quienes vieron una intervención divina en su mano en el Mundial de México '86 ni de los que se entretuvieron en levantar una religión paródica, la iglesia maradoniana, sobre su mito. El futbol se ve recubierto, frecuentemente con expresiones religiosas.

Stephen Tomkins, autor de Una breve historia de la cristiandad, escribió en su libro: “Estamos abandonando las iglesias por los campos de futbol. Los jugadores son dioses; las gradas, los bancos de los templos. El futbol es la nueva religión”.

Todo esto me recuerda a una frase de la escritora francesa Françoise Sagan: “El futbol me recuerda viejos e intensos amores, porque en ningún otro lugar como en el estadio se puede querer u odiar tanto a alguien". Pero la religión, propiamente dicha, está presente en la cancha de futbol. Cada fin de semana vemos jugadores santiguarse al entrar al campo o señalar al cielo tras marcar un gol. También se intuyen las prácticas rituales y supersticiosas antes y durante los partidos. En América Latina, hay clubes evangélicos que aúnan sus creencias religiosas con la pasión por el futbol. En África, se usan rituales tradicionales para ayudar a ganar los partidos importantes. En el futbol británico, uno de los encuentros de mayor rivalidad y violencia el clásico escocés que enfrenta al Celtic, de origen católico, y al Rangers, de fe protestante.

El estadio como templo sagrado y lugar donde se revelan los grandes sueños. Es la sensación irremplazable de sentirse único dentro de la masa. Es la máxima expresión de una fe que mueve multitudes y que convierte el balón en un milagro.

POR MARÍA DEL MAR BARRIENTOS
MARIMAR.BARRIENTOS@ELHERALDODEMEXICO.COM
@MARIMARBAT

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