AGENDA LEVANTINA

Fuego lento

La Yihad Islámica, considerada terrorista por EU y la Unión Europea, se opone a negociar con Israel y rechazó los Acuerdos de Oslo de 1993

OPINIÓN

·
Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En mayo de 2021, el bombardeo israelí a Gaza de once días dejó 260 muertos palestinos, y 14 israelíes. La noticia apareció en medios internacionales. El pasado viernes 5 de agosto, el ejército israelí lanzó un llamado ataque preventivo contra la Yihad Islámica, con el cual eliminó a varios de sus combatientes y “neutralizó” a sus principales líderes militares en Gaza, Tayssir al-Jabari y Jaled Mansúr. Entre el viernes y el domingo por la noche, 46 palestinos, incluidos 16 niños, murieron, y 360 resultaron heridos, según el Ministerio de Salud de Gaza. Algunas cancillerías se pronunciaron tímidamente, con tedio casi; las voces de la opinión pública mundial se repitieron y perdieron monótonamente entre las otras notas: la guerra en Ucrania se ha estado librando desde febrero, y durante varios días China ha realizado ejercicios militares alrededor de Taiwán, simulando un cerco.

La Yihad Islámica (YI), considerada terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, se opone a negociar con Israel y rechazó los Acuerdos de Oslo de 1993. Varios de sus líderes se encuentran actualmente en Damasco, Siria. Es una organización estrictamente militar que no tiene los mismos cálculos que las demás fuerzas palestinas y que no se involucra en la vida política. Israel declara que los lazos entre el grupo y Teherán se han fortalecido.

Este episodio demostró varias cosas. Una que, como en 2009 y 2021, el miedo rinde frutos electorales. En noviembre los israelíes asisten a las urnas por quinta vez en menos de cuatro años. El primer ministro en funciones, el “centrista” Yair Lapid, debe mostrarse fuerte, quizá para compensar su falta de experiencia militar ante una sociedad que lo puede acusar de ser “débil con el terrorismo”. La segunda lección de este episodio de guerra es que Hamas continúa como la fuerza militar más poderosa en Gaza, territorio habitado por dos millones de palestinos sitiados por Israel (con ayuda esporádica de Egipto) desde hace más de 15 años, y donde se le redujo a gobernar desde 2007. En ese contexto, Hamas se esfuerza por mantener unidas las filas de la resistencia. Pero igualmente se vio, y esta es la tercera lección, que la YI pudo actuar de forma autónoma sin la autorización de Hamas, que no se unió a los combates. Si parece políticamente aislada, la YI podría sumar puntos a nivel popular y atizar una competencia en el seno de Hamas.

Las dos principales apuestas de la clase política israelí siguen siendo desestabilizar a Hamas en su bastión, y marginar la cuestión palestina vinculándola a cuestiones geopolíticas (como Irán). No se aborda ni remotamente ningún tema central de la relación Israel-Gaza. En ausencia de un proyecto que atienda el problema estructural de la ocupación, los crímenes de guerra, la memoria y la restitución de todas las personas en la zona, el conflicto permanece encendido. El aparente letargo también evidencia un fuego lento.

POR MARTA TAWIL
INVESTIGADORA DE EL COLMEX

CAR