La ola de matanzas que padece Estados Unidos, casi 250 tiroteos en lo que va del año, ha polarizado a la sociedad y la política estadounidense, al grado que los resultados de las próximas elecciones legislativas se definirán en buena medida por esta crisis.
También es cierto que esa misma ola arrastra a México: muchas pistolas y rifles que se consiguen legalmente en EU terminan en manos de la delincuencia en nuestro país. Se estima que el tráfico es de medio millón de armas por año.
EU enfrenta 1.5 tiroteos diarios en promedio, pero mientras el presidente demócrata Joe Biden impulsa un mayor control en la venta y permisos para adquirir una arma, del otro extremo, los republicanos proponen armar más a la sociedad para que se pueda defender.
Esas ideas inclinarán la balanza en las legislativas del 8 de noviembre, y parece que Biden, junto con los demócratas, no las tienen todas consigo, debido a que su postura va en contra de las costumbres de la sociedad estadounidense.
El uso y compra de armas en EU es un tema cultural, legalizado por la Segunda Enmienda y protegido por la Asociación Nacional del Rifle, integrado principalmente por entusiastas aliados con los dueños de las armerías, que generalmente apoyan económicamente a los republicanos.
Es por eso que Salvador Ramos, el autor de la matanza en la escuela de Uvalde, en Texas, pudo comprar fácilmente dos rifles al cumplir los 18 años, bajo el cobijo de la Segunda Enmienda, que proviene de 1791. En aquella época, cuando las 13 colonias británicas proclamaron su independencia y redactaron la Constitución de EU, la Policía y el Ejército eran sólo embrionarios, por eso era habitual que la población organizara milicias; es decir, grupos de ciudadanos armados, de ahí la tradición en el uso de armas entre civiles.
Pero esa justificación ya caducó e incluso es dañina. La organización Small Arms Survey, que rastrea los flujos de armas y la violencia armada en todo el mundo, calculó que hasta 2018 en EU había 120 armas por cada 100 personas. Ningún otro país tiene más armas civiles que personas.
Durante la reciente convención de la Asociación Nacional del Rifle, el mayor activo republicano, el expresidente Donald Trump hizo una defensa a ultranza del derecho de los civiles a poseer armas y descalificó la propuesta demócrata sobre un mayor control.
No está de más recordar que Trump le habla al oído a su base electoral, personas de raza blanca, sin estudios universitarios, con un exacerbado resentimiento contra las minorías y una larga tradición por el uso civil de armas.
Lo cierto es que la mayoría legislativa de los demócratas (232 contra 197 republicanos) está amenazada. Si pierde el control del Congreso, el mandatario de EU se verá obligado a gobernar los próximos dos años por decreto y, por supuesto, que todo lo que tenga que ver con el control de armas se quedará en el tintero.
POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
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