Ya hace dos años que el Covid-19 llegó al país, y con él, grandes retos en todas las esferas de nuestras vidas, incluidos los relacionados con el ámbito laboral, ya que la realidad nos obligó a buscar alternativas y migrar al trabajo en línea que previo a la pandemia era privilegio de unos cuantos.
En lo personal, desde 2020 promoví el modelo de home office en el INFO CDMX, convencida de que la administración pública debía innovar en este tipo de modalidades de trabajo que, hasta ahora, sólo eran contemplados para la iniciativa privada.
Y así fue que, en julio de 2021, se aprobaron los Lineamientos para la ejecución de trabajo a domicilio o distancia en el INFO CDMX, normatividad interna y única en su tipo, que nos permite, como servidores públicos, trabajar fuera de las oficinas, independientemente de si se está en época de emergencia o no.
He de decir que he notado un fenómeno creciente y regresivo entre la mayoría de las instituciones y organizaciones. En la medida en que se han reaperturado las actividades y se ha pasado a semáforo epidemiológico “verde”, la mayoría de los sectores han ido retomando el trabajo de manera presencial, especialmente las instituciones públicas, ya que hay muchas empresas que han hecho del trabajo remoto parte de sus políticas.
Es aquí donde valdría la pena preguntarnos ¿Dadas las condiciones actuales, deberíamos regresar a las oficinas físicas, en las mismas condiciones y circunstancias previas a la pandemia? La respuesta no es sencilla, y en cualquier caso no podría ser única ni categórica. Veamos.
De acuerdo con una encuesta realizada por el IPADE Business School sobre cómo se transformó el ámbito laboral y familiar con la pandemia, en México el 84% de los empleados que se adaptaron al trabajo en casa afirmó agradarle la experiencia y tener altas expectativas de continuar en ese esquema.
Lo anterior ha motivado que los empleadores brinden alternativas, por lo que han diseñado una modalidad de trabajo que se denomina “trabajo híbrido” que no es otra cosa que la combinación de trabajo a distancia y presencial.
Y si bien, de acuerdo con el Índice de Tendencias Laborales 2022 de Microsoft, el 49% de las empresas en México planea el regreso al trabajo presencial a tiempo completo, el 63% de los trabajadores considera cambiar de modalidad de trabajo a remoto o híbrido.
Sin embargo, ante una cultura organizacional presencial, únicamente el 26% de las empresas han creado acuerdos y políticas para el trabajo híbrido.
Por ello, habría que valorar la productividad ante las distintas modalidades de trabajo, pues el 86% de los trabajadores se sienten tan productivos con el trabajo en casa e híbrido o incluso más que en trabajo presencial.
Creo que estamos frente a un momento decisivo para la cultura organizacional en México, estamos en el momento en el que podemos marcar un antes y un después en nuestras instituciones. Para mí, la disyuntiva está entre la adaptabilidad que ofrece el home office en modalidad híbrida y la tentación de regresar a los esquemas del pasado en los que se valoraba más el número de horas que las personas estaban presentes, a los resultados alcanzados.
Considero que, en los casos en los que la naturaleza de la institución, o bien, que el tipo de función del colaborador o colaboradora lo permite, deberíamos ser flexibles y ajustar las políticas laborales, entendiendo que el capital humano es lo más importante para las organizaciones, y que no podemos retroceder cuando de derechos laborales se trata.
No caigamos en la tentación de regresar a ‘raja tabla’ al esquema presencial, atrevámonos a explorar esquemas de trabajo que permitan un equilibrio entre el ámbito profesional y personal de nuestros colaboradores y colaboradoras, a la vez que se logra alta productividad bajo mecanismos de supervisión apropiados. Con ello, hagamos lo que nos corresponde.
Laura Lizette Enríquez Rodríguez
Comisionada Ciudadana del INFOCDMX
@lauraenriquezr @InfoCdMex