Todas las semanas nos enteramos de un nuevo escándalo en la administración pública. Esta semana fueron las escuelas de tiempo completo y los desayunos escolares –una prueba más de la catástrofe educativa que dejará este gobierno– antes el desastre en la compra de medicamentos y los ejemplos que seguirán acumulándose en lo que queda del sexenio. Como lo decía ayer Carlos Puig, el gobierno urgido de dinero exhibe sus prioridades. ¿Cuáles son estas prioridades? Los resultados de Pemex del cuarto trimestre del 2021 publicados esta semana lo dejan clarísimo.
Como lo he dicho en este espacio antes, la clave para leer los resultados que publica Pemex no está en el resultado neto por los efectos del tipo de cambio y los pagos de derechos sino en los flujos de efectivo y en el balance de la empresa y las notas en los estados financieros.
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De acuerdo con el último informe, durante el 2021 las aportaciones de capital del gobierno federal a Pemex fueron de 316,354 millones de pesos o su equivalente de 5,369 millones de dólares. El 64% o 202 mil millones fueron “Aportaciones patrimoniales para el pago de las amortizaciones de la deuda” que son los fondos que SHCP anunció que transferiría a Pemex en noviembre para reducir su deuda. Y el resto, 113,785 millones para la refinería de Dos Bocas. Por si fuera poco, el gobierno le dio un crédito fiscal a Pemex por mil millones vía un “estímulo fiscal anual acreditable al pago del Derecho por la Utilidad Compartida (DUC)” -es decir una reducción de los derechos que Pemex paga al gobierno federal. Esto, como lo indica el IMCO, implica que Pemex recibió en total 390 mil millones de pesos del gobierno federal.
Para entender esta cifra estratosférica hay que ponerla en perspectiva: el Ramo de Educación Pública, que incluye toda la educación pública desde básica hasta superior, ejerció un presupuesto de 369 mil millones de pesos en 2021. Los 390 mil millones de pesos gastados en Pemex el año pasado son el equivalente al 7.6% de todo el gasto del gobierno el año pasado.
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Esto en un año donde gracias al aumento de los precios del petróleo, Pemex tuvo una ganancia operativa de 165 mil millones de pesos. Y lo peor, es que no parece ser el final. Pemex tiene en deuda a corto plazo, es decir a pagar durante el 2022, obligaciones por 463 mil millones de pesos y debe a sus proveedores otros 265 mil millones de pesos. Este año tendrá que pagar 728 mil millones de pesos. Aunque los precios del petróleo sigan por las nubes, los flujos de la empresa volverán a tener un faltante de alrededor de 200 mil millones de pesos antes de las inversiones que la empresa necesita. Habrá que tomar en cuenta que refinanciar deuda este año será mucho más caro y complicado que los últimos dos años por el aumento en tasas de interés. Una vez más no habrá de otra el gobierno tendrá que seguir transfiriendo recursos a Pemex.
Así que si en los próximos dos años usted se pregunta porque hay menos dinero para educación, salud o seguridad ya sabe. El sueño de Andrés no se paga solo.
POR JORGE ANDRÉS CASTAÑEDA
COLABORADOR
@JORGEACAST
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