UMBRAL

¿Corrupción o incompetencia?

La ASF hizo la tercera entrega de la Cuenta Pública. Con esta, suman 63 mil millones de pesos con observaciones para el ejercicio 2020

OPINIÓN

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Jorge Andrés Castañeda / Umbral / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Adentrados ya en la segunda mitad del sexenio y es posible empezar a pintar el cuadro de los resultados de por lo menos la primera mitad de esta supuesta “transformación”. Aunque es fácil perderse en la vorágine de noticias, datos económicos, informes y chismes de cada semana, contamos con nuevos elementos para tener una visión objetiva de lo que está pasando en el país. En las últimas semanas resaltan dos que a primera vista no tendrían nada que ver, pero en el fondo pintan de cuerpo entero a esta administración: las noticias que vienen de las obras de infraestructura de este gobierno y el informe de la Auditoría Superior de la Federación.

Todas las semanas nos enteramos de noticias que parecen chistes como que se cayeron las trabes del camino al AIFA, que el tren interoceánico se descarriló destrozando las vías y durmientes recién instaladas o que por enésima vez —nada más llevan siete— Fonatur cambió el trazo del Tren Maya. Todas las semanas hay una de estas noticias. Uno podría creer que es mala suerte, casualidad o incluso, si uno compra la línea del gobierno, mala fe por parte de los medios que no creen en este gobierno. Pero, al leer el informe de la Auditoría, de repente no parecen noticias tan sorprendentes.

Esta semana, la Auditoría Superior de la Federación hizo la tercera entrega de la auditoría de la Cuenta Pública 2020. Con esta tercera entrega suman 63 mil millones de pesos con observaciones para el ejercicio 2020. No es la cifra más alta de los últimos años, pero también es cierto, contrario a lo que dice el presidente, que éste ha sido de los gobiernos más lentos en aclarar las observaciones de ejercicios anteriores. La cifra total, que incluye estados y municipios, no sirve de mucho más que para titulares sensacionalistas. El diablo, como siempre, está en los detalles, sobre todo de las auditorías de cumplimiento financiero.

En estas se pueden ver cosas como que en el AIFA “se realizaron pagos sin comprobación documental registrada”, “no se contó con el proyecto, programas de suministro y presupuesto previo al inicio de los trabajos”. O como en el Tren Maya “En los tramos 2 y 3 no se tramitó ni obtuvo, previo al inicio de los trabajos, la liberación total de los derechos de vía ni las manifestaciones de impacto ambiental, así como los resolutivos correspondientes” o “se generaron convenios modificatorios para la disgregación de los precios unitarios referentes al suministro y colocación de durmientes y balasto, sin establecer alcances específicos y unidades de medida para cada etapa”.

Al analizar el informe de la ASF es obvio que para inaugurar a tiempo estas obras, el gobierno está haciendo las cosas mal por hacerlas rápido. Las primeras consecuencias ya están a la vista de todos: tendremos un aeropuerto al que no se puede llegar, un tren donde no hay gente y a ver cuanto hay que volver a hacer del transístmico. Ojalá las consecuencias de estas prisas solo sean económicas y de tiempos.

POR JORGE ANDRÉS CASTAÑEDA
COLABORADOR
@JORGEACAST

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