COLUMNA INVITADA

Con todo respeto... el mundo será eléctrico

Modelos hay muchos y México debe crear el propio, pero ese debe estar lejos de llenar las arcas del Estado en nombre de la pobreza y llenarlas en función de generar desarrollo

OPINIÓN

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Óscar Sandoval / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Lo políticamente correcto es decir que, en materia de minería y electricidad, estamos debatiendo el futuro de México, cuando en realidad estamos atrapados entre el pasado y lo que se cree debió ser. No es opinión, son datos.

La semana pasada hablamos de los minerales más allá del litio y lo que está haciendo Estados Unidos al respecto (https://bit.ly/3vBtpqz) porque tiene que revertir el hecho de que, a pesar de ser la economía más grande del mundo, no ocupa un lugar importante en producción de metales-minerales para tecnología.

Hoy, analizamos tendencias globales, porque la decisión del Congreso y el Gobierno de México sobre la Reforma Eléctrica esta en vilo.

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Es cierto, la minería y los metales son un gran negocio. De acuerdo con Forbes, 8 de cada 100 de las personas más ricas del mundo, están esas dos industrias; y generar en ellas mil millones de dólares es 5 años más rápido que en el promedio a nivel global.

El acero y el cobre son los minerales que más han contribuido a construir las 20 fortunas más relevantes de esa industria. Otro dato relevante es que ocho de ellas son rusos y dos posiciones son ocupadas por mexicanos, Germán Larrea -cobre- y, previo a su fallecimiento Alberto Bailleres -plata- (Elements).

Entender el vínculo entre metales – minerales y electricidad pasa por voltear a ver a China, no quejarnos de España. La geo-economía-política es fundamental y para ello es necesario analizar los datos.

Le duela a quien le duela, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, China domina en energías limpias produciendo el 60% de todos los minerales que se usan para esas tecnologías. En el caso del litio procesan el 58%, Chile el 29 y Argentina el 10 (Elements).

En 2021 el gigante asiático fue el país que más invirtió en transición energética, 35.2% del total de la inversión global y más del doble que Estados Unidos (Bloomberg NEF).

Hay otros tres factores clave: primero, el litio aumentó su valor 497% entre enero y diciembre de 2021, segundo, el costo de las baterías que lo contienen ha disminuido en 89% desde 2010. Tercero, no es el único elemento que determina la capacidad y poder de una batería, también lo hacen el níquel, cobalto y manganeso.

La realidad es que la discusión sobre el litio en México pareciera ser solo una decisión en función de lo que es mejor para los ingresos del Gobierno, pero no necesariamente para el desarrollo del país. Tampoco en relación con todos los factores y minerales que están involucrados en las tecnologías que ya representan el futuro. Cuando lleguemos, ya habrá otra tecnología (probablemente ya la hay y no la conocemos o sigue en pruebas).

La discusión no debería estar en la participación o no de la iniciativa privada y mucho menos en la puerta que deja abierta la reforma a replicar lo propuesto para el litio en otros minerales, sino en la forma en la que participan las empresas y los correctos beneficios para el Estado. Así lo está haciendo Estados Unidos y lo ha hecho China.

Por ejemplo, entre los datos de los que nos debemos sentir orgullosos es que en la matriz de producción de electricidad en México la energía solar y eólica pasaron de 0.49% en 2010 al 9.78% del total generado en 2020. Esto se debe principalmente a la participación de privados que no son solo empresas, también son hogares que invirtieron en paneles en las azoteas de su casa.

En teoría el Estado como administrador de recursos naturales es la panacea. En la práctica, es también una forma de alterar el mercado. Para muestra la situación Ucrania, Rusia y la forma de mover los precios del petróleo y por tanto la economía global a partir de decisiones, precisamente, del Estado.

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Espero que estos datos no le lleguen tarde, como considera de la opinión de la Cofece, al diputado Ignacio Mier, ni al resto de los legisladores que deben votar por lo que es y no lo que creen.

Modelos hay muchos y México debe crear el propio, pero ese debe estar lejos de llenar las arcas del Estado en nombre de la pobreza y llenarlas en función de generar desarrollo.

POR ÓSCAR SANDOVAL SAENZ
CONSULTOR, SOCIO DE 27 PIVOT
OSANDOVALSAENZ@27PIVOT.COM
@OSANDOVALSAENZ

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