TIEMPO DE INFRAESTRUCTURA

Importancia de planeación en las obras

Un Estudio, Planeación y Diseño (EPD) es un elemento de decisión, no sólo de características de ejecución; nos permite tomar acciones en varios momentos de la vida del proyecto

OPINIÓN

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Héctor Ovalle Mendivil / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México

La construcción, desarrollo y operación de infraestructura es un tema necesario, dinámico y continuo. Por supuesto, el objetivo es tenerla operando, disfrutar su beneficio; apuramos la construcción para llegar a ello lo antes posible, pero también hay una razón extra: el tiempo que dura es incómodo, de molestia y hasta de estorbo. 

¿Cómo podemos aminorar esta incomodidad y lograr mejores proyectos con menores sobrecostos? Vayamos un paso antes, a la etapa de Estudio, Planeación y Diseño (EPD). Usualmente, este combo se apresura más de lo deseable. Sin embargo, es imprescindible concientizarnos que el periodo de EPD es el elemento que puede determinar el éxito o fracaso de un proyecto. 

Mientras más tiempo y recursos se inviertan a esta fase, será mejor el resultado. Pero estos valiosos activos se ven recompensados, ya que un EPD apropiado resulta en ahorros en construcción y en un proyecto que realmente sirva para lo que se originó. 

Los sobrecostos en construcción son un tema de todos los días, de todos los proyectos y de todo el mundo. Una forma clara y precisa de reducir esa situación es un buen EPD, evitando desviaciones y sorpresas. Mientras mejor sea el EPD, los imponderables y variaciones se reducen de forma importante. 

Hoy en día, hay herramientas que nos permiten analizar un modelo de cómo quedaría el proyecto en el lugar a ejecutar. Esto permite ver de forma clara y “en papel” desviaciones de diseño, interferencias no consideradas y mejores alternativas. 

Imaginemos, por ejemplo, que se ejecuta un túnel y se construye desde cada extremo. ¿Podría pasar que uno o ambos se desvíen y no se encuentren en el punto donde deben? Sí. También un puente que en su diseño no va donde debe ir o que se topa con torres de energía, ductos, cuerpos de agua que no se tomaron en cuenta; estos son el tipo de elementos que con un buen EPD se evitan. Claro que se pueden resolver durante la ejecución, pero tienen un efecto directo en el aumento de costo y tiempo. 

Entonces, ¿por qué no se invierte más en esto?, la respuesta es sencilla: tiempo y conciencia. Cuando se logran recursos para un proyecto, no se quiere perder esa ventana y no se tiene la perspectiva que un EPD requiere tiempo, y en especial no se le da el valor a los beneficios que tiene hacerlo bien.

Me parece que lo ideal para quien desarrolla proyectos (público o privado) es tener una oficina donde uno llegue y diga: “Quiero comunicar la población A con la B por tierra”, y la respuesta sea “¿Quieres que la obra sea a nivel -1, 0, o 1?”. Lo que quiero decir es que lo ideal es tener diferentes opciones para una misma necesidad y, por supuesto, iniciar el EPD mucho antes de que se tengan los recursos para ejecutarlo y se le dé el tiempo necesario para desarrollarlo favorablemente. Suena como fantasía, pero hay países que así perciben su correcta ejecución.

Es verdad que cada nación, empresa y proyecto tienen sus propias realidades y complejidades, pero lo importante es tratar de incorporar más EPD como sea posible. 

Probablemente no todos podemos darnos el lujo de ese “antes ideal” planteado, pero debemos acercarnos, evitando estrangular los tiempos del EPD y no pensar en términos de: “en el camino, durante la ejecución, ajusto o arreglo”, porque esa es una receta infalible para: (a) más sobrecostos, (b) incremento en tiempo de ejecución y (c) no alcanzar la mayor eficacia del proyecto ya operando”. 

Una vez comentados los beneficios, ¿por dónde iniciar? Lo primero es conocer cada elemento del proyecto, sus beneficios, tiempos y alcances, y darle debida importancia. A partir de ahí podemos generar un tablero de juego completo y asignar tiempos, recursos y “prisas” de forma congruente e informada. 

Es importante interiorizar que asignar recursos —monetarios y otros— a un EPD es una inversión, pues incluso si después de hacerlo a detalle, resulta que ese proyecto no debe realizarse, resultó ser redituable: no se puede comparar la inversión en un Estudio, Planeación y Diseño con la de la fase de construcción y más si no cumple con los objetivos. 

Un EPD es un elemento de decisión, no sólo de características de ejecución, y debe ser tratado como tal, nos permite tomar acciones en varios momentos de la vida del proyecto, y en caso de que se ejecute la construcción, nos da la pauta para un proceso más controlado, conocido y correcto. 

¿Cuándo debemos hacer esta adaptación? Personalmente me parece que nunca es tarde, y siempre es buen momento de hacer las cosas de forma diferente, y más si ya está probado qué es lo que funciona. Probemos romper paradigmas y dar valor a los procesos que realmente lo tienen.

POR HÉCTOR OVALLE MENDIVIL

DIRECTOR GENERAL DE COCONAL

DIRECCIONGENERAL@COCONAL.COM

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