ARTE Y CONTEXTO

Constelaciones de la memoria. Relatos y contrarrelatos de la Conquista

Esta semana visité el Museo Nacional de Arte (MUNAL), que es una de las joyas más hermosas que hemos heredado como mexicanos

OPINIÓN

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Julen Ladrón de Guevara / Arte y Contexto / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Esta semana visité el Museo Nacional de Arte (MUNAL), que es una de las joyas más hermosas que hemos heredado como mexicanos. Tan sólo al cruzar la puerta, te sientes valioso por el privilegio que significa estar bajo un techo de esa magnitud, y por saber que te pertenece ya nomás porque naciste aquí. Este pequeño palacio te recibe con una escalinata sinuosa cuya herrería parece una enredadera petrificada y de manera irremediable, te atrae hasta su pie para remontarla como si fuera una ola apacible.

De manera natural, el camino te lleva hacia el interior de los salones de techos altos, decorados con pinturas narrativas y molduras recubiertas de lámina de oro... es realmente espectacular. El MUNAL es un lugar memorable  que vale la pena conocer, aunque sea nomás para pensar en él cuando estemos en algún lugar muy feo y necesitemos reconfortarnos con su evocación. 

Además, este maravilloso museo contiene algunas de mis pinturas favoritas de las que hablaré después. Hoy les quiero platicar de la exposición que me llevó ahí en primer lugar porque entre otras cosas, me reconfirmó de manera contundente el por qué es fundamental conservar con respeto y cuidado las piezas, imágenes y relatos que conforman nuestro patrimonio nacional. 

Resulta que en el marco de las conmemoraciones motivadas por la efeméride que recuerda la caída de México-Tenochtitlán, el MUNAL abrió sus puertas a “Constelaciones de la memoria. Relatos y contrarrelatos de la Conquista” que estará abierta hasta el 29 de mayo de 2022. Esta es una exposición con más de 200 obras y documentos de diversos géneros, técnicas y períodos, curada magistralmente por Alfonso Morales Carrillo y David Eduardo Caliz Manjarrez, con He´ctor Palhares Meza en la revisio´n de contenidos.

El objetivo principal es el de confrontarnos a una serie de documentos con distintas lecturas y narrativas que abarcan todos nuestros sentidos, para que reflexionemos acerca de nuestra propia interpretación de la historia de la conquista y sus consecuencias, según lo que recordamos o creemos que hemos aprendido. Cada una de las piezas presentadas aquí son un eslabón más para complementar la información que requerimos para conocernos como país; esta es una de las mejores formas de demostrarnos que el arte sí nos pertenece y que también tiene una utilidad más allá de lo estético o lo decorativo.

Lo que nos hace únicos son nuestras características en común porque somos una amalgama de lo que el ADN forjó para nosotros a través de los siglos y del transcurrir de la vida de muchas generaciones. En voz de los curadores de esta versión del mismo cuento, nos dicen que “Las múltiples formas en que la Conquista ha sido narrada, por voces que respondieron y responden a diversos intereses personales, comunitarios, políticos o académicos, convirtieron a nuestra memoria histórica en un campo de batalla no menos relevante que aquellos que fuera los escenarios reales de la Caída de México-Tenochtitlan y de sus incontables secuelas.”.

Vale la pena visitar y disfrutar de esta exposición, que nos hará dudar de nuestras propias certezas acerca de la historia nacional, para que podamos retomarla y resignificarla para darle una lectura más asertiva, a nuestra propia identidad.

POR JULÉN LADRÓN DE GUEVARA
CICLORAMA@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@JULENLDG

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