ANECDATARIO

"Más latina que JLo"

Norma Jeane Mortenson, a quien Hollywood decidió rebautizar como Marilyn Monroe, hubiera sido la primera bomba sexy latina, tan solo por el hecho de que su madre nació en Piedras Negras, Coahuila

OPINIÓN

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Atala Sarmiento / AnecdATArio / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Quien se dedica a la industria del entretenimiento tiene que pensar en convertirse en una especie de marca, como si se tratase de un producto y no de una persona.

Comienza desde tener un nombre atractivo, corto y pegadizo.

Así fue como Jennifer Lynn López, se convirtió en JLo.

En el año 1999 visité las oficinas de la disquera Sony Music para reunirme con la responsable de la división internacional.

Se hacía de noche mientras me contaba con mortificación que desde los headquarters en Nueva York se les había encomendado dar prioridad al lanzamiento musical de una actriz que ya brillaba en las pantallas cinematográficas con cierto éxito. Su mayor logro hasta ese momento había sido dar vida a la fallecida cantante Selena.

-Y ¿canta bien?- le pregunté dudosa.

-Para mi sorpresa sí- me dijo ella.

Era Jennifer López, quien había enviado un año antes su demo a Tommy Mottola, entonces jefe global de la disquera; aprovechando la fuerza meteórica con la que crecía el movimiento latino en EEUU, el directivo no escatimó en apoyarla.

En ese entonces la actriz hablaba un español muy roto pero le servía para cantar. Así fue como se animó a cantar con Marc Anthony “No me ames” logrando penetración en un mercado que sería trascendente en el desarrollo de su carrera y que se convertiría en su gran marca registrada: ¡Latina!

JLo tuvo suerte de vivir en una era en la que la comunidad hispana en EEUU fue el grupo que más creció, alcanzando 62 millones en tres décadas.

Pero mucho antes de JLo ya hubo una gran estrella de origen latino y curvas irresistibles.

Norma Jeane Mortenson, a quien Hollywood decidió rebautizar como Marilyn Monroe, hubiera sido la primera bomba sexy latina, tan solo por el hecho de que su madre nació en Piedras Negras, Coahuila.

En los años 40 el 89% de los estadounidenses tenían un origen blanco-europeo. Hollywood era funcional en el sentido de prometer a sus actrices un ascenso a la fama apelando a la fantasía norteamericana de la época y bajo esa premisa decidió lanzar a Marilyn como una rubia de California que debía esconder a toda costa su origen mexicano, es más, consideraban que su éxito dependería de que no se descubriese la verdad de su raíz.

Aún así, en los años 60 la actriz se inclinó por reconocer su parte mexicana. Viajó a Juárez, a Teotihuacán, a Acapulco; se dice que tuvo un breve y medio secreto romance con el productor José Bolaños. Se vistió de China poblana y cenó en casa de Emilio “El Indio” Fernández. En su última sesión de fotos llevaba puesto un sweater de chiconcuac de Santiago Tianguistengo.

Marilyn no era una estrella turisteando en México; era una mujer reclamando premeditadamente su identidad, su herencia mexicana ¡Lastima que su época no le hizo justicia! ¿Se imaginan si hubiera sido contemporánea de JLo?

POR ATALA SARMIENTO
COLUMNAS.ESCENA@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@ATASARMI

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