El pasado jueves se cumplieron cuatro años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. La celebración estuvo antecedida por una marcha multitudinaria el domingo anterior, en la que participaron 1.2 millones de personas, entre los que se encontraban legisladores, empresarios, gobernantes, integrantes del gabinete, pero sobre todo, la gente convencida de que el mandatario está transformando la realidad nacional en favor de los más necesitados.
El Presidente había dicho que la marcha serviría para conocer y medir si la población está de acuerdo con su mandato y con el movimiento de la cuarta transformación, y tras la movilización, la respuesta sin duda fue clara.
Actualmente no hay ningún partido o movimiento de la oposición que tenga la fuerza política y la base popular que tiene el obradorismo. Esto no únicamente por la cantidad de personas que estuvimos en la marcha, también porque el presidente López Obrador ha sido el único mandatario que ha logrado mantener estables los elevados niveles de aprobación de su gobierno tras cuatro años.
La marcha duró casi seis horas, debido a la cantidad de personas que querían estar cerca del mandatario durante su recorrido. Luego de su arribo al Zócalo capitalino, el Presidente dio un informe por su cuarto año de gobierno, en el que aprovechó para describir el cimiento ideológico de la cuarta transformación, que definió como el humanismo mexicano.
Este modelo son las ideas que conforman el eje de la política económica y social de su proyecto, cuyo objetivo final es que el Estado cree las condiciones necesarias para que la gente viva feliz y sin miseria.
Como lo señaló el mismo Presidente, el humanismo mexicano está fundado en los valores de amor al prójimo, en la justicia social, en la democracia y de la tradición cultural del pueblo de México. Se nutre del pensamiento de distintas figuras históricas, como Benito Juárez, quien ha sido un referente e inspiración para el Presidente, del que retoma la idea fundamental de democracia, al señalar “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, y con la frase “nada con la fuerza, todo con el derecho y la razón”, que busca gobernar con paz y sin reprimir a nadie. Para el Presidente es necesaria la distinción de su ideal, ya que le permite diferenciarse del modelo neoliberal, que generaba bienestar económico únicamente para unos cuantos, lo que se tradujo en un incremento de la desigualdad, en bajos salarios para los trabajadores, en la privatización de los servicios públicos, en la falta de respeto a los derechos laborales. Al final, como señaló el Presidente, este nuevo modelo poco a poco lo iremos definiendo entre todos.
A los logros del mandatario se le debe de sumar otro que ocurrió la semana anterior, el anuncio del incremento de 20 por ciento al salario mínimo, a partir del próximo 1º de enero a 207 pesos diarios y a 312 pesos diarios en la Zona Libre de la Frontera Norte. Este incremento histórico hace justicia a los trabajadores y brinda bienestar para las familias mexicanas.
POR ARTURO ÁVILA ANAYA
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