COLUMNA INVITADA

Nuestras costumbres dentro de los derechos laborales

Se acaba el año y por supuesto, muchos trabajadores esperan con ansia su aguinaldo

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Se acaba el año y por supuesto, muchos trabajadores esperan con ansia su aguinaldo, ese extra que nos permite hacer compras navideñas, pagos anuales y posiblemente tener unas vacaciones placenteras. Es muy linda esta época, porque miles de empresas y trabajadores, se permiten disfrutar en conjunto, las comidas, cenas, rifas.

Arribando al tema quiero que hagamos un viaje por todas aquellas costumbres mexicanas que han hecho de las prestaciones laborales, un país especial; con sincretismos laborales, es decir, con una mezcla bastante peculiar.

La Fe católica, ha permeado la forma de actuar de muchos mexicanos, desde el arribo de los españoles, y aunque ya son representativas otras religiones en nuestro país, seguimos manteniendo lazos indisolubles con nuestro pasado religioso.

La Constitución y la Ley Federal del Trabajo, reconocen algunas costumbres católicas y de pueblos originarios; ya que son parte de nuestra mexicanidad.

Dentro de las que reconocen se encuentra el aguinaldo, establecidos en un pago anual de 15 días de salario, que puede ser mayor, si así lo dispone el Contrato Colectivo de Trabajo, o por decisión propia del empleador. Prestación que debe pagarse antes del día 20 de diciembre, la razón de esta fecha es más por una costumbre religiosa, que por una razón lógica jurídica.

Se refiere esto, al hecho de que el día de asueto reconocido por la Ley Federal del Trabajo es el día 25 de diciembre, y claro, ello coincide con la Navidad, que representa el nacimiento de Jesús. Por ello, se debe realizar el pago de dicha prestación antes de esa fecha, pues supone esto, un emolumento extraordinario, justamente, como un regalo. Para el año 1970, esta costumbre se hizo obligatoria dentro del artículo 87 de la Ley Federal del Trabajo, y sigue vigente, hasta nuestros días.

Sigamos con la Semana Santa, en ella los jueves y viernes santos, son un distintivo de vacacionistas que abarrotan, nuestros puertos. Ninguno de estos días, se encuentra previsto dentro del artículo 74 de la Ley, que determina los días feriados. En ese sentido, muchos empleadores, otorgaban la salida temprano el jueves y el viernes o definitivamente, no abrían sus puertas. Debido a lo anterior en el Centro de la Ciudad de México, los comercios pertenecientes a la comunidad judía, mayoritariamente textileras, decidieron que las vacaciones fueran en esas fechas, dado que los trabajadores, tenían altas tasas de ausentismo laboral en esa semana y ello permeó a muchos otros comercios.

En mayo, tenemos los días 1 y 10 de mayo, el primero es reconocido por ser el día del trabajo. Este día surge, poco después de la Revolución Mexicana, cuando la Casa del Obrero Mundial, unificó a varias organizaciones obreras. Sus afiliados, decidieron conmemorar públicamente el 1º de mayo como día internacional del trabajo, a partir de 1913. Ese año, se celebró el primer desfile obrero el 1º de mayo, en él, participaron más de 25,000 trabajadores.

La idea fue conseguir un horario de 8 horas y la abolición del trabajo infantil, por supuesto, inspirados en los mártires de Chicago, un movimiento que dio paso internacional a una nueva forma de ver a los trabajadores, como colaboradores y no como esclavos.

La segunda, nos es perfectamente clara, es el día de la madre. En 1922, Rafael Alducín, periodista poblano, instauró el 10 de mayo como el día para celebrar a la madre, pues para él, homenajear a las mamás era necesario. De este modo, la convocatoria para institucionalizar el Día de las Madres fue lanzada en las páginas del diario, que Rafael Alducín dirigía. Como consecuencia, el 10 de mayo de 1922 se festejó, por primera vez, en México, a las madres.

Diez años más tarde, el presidente Manuel Ávila Camacho, colocaría la primera piedra del Monumento a la Madre, en la Ciudad de México.

No tengo que mencionar, que ese día no es oficial, pero, los empleadores, en su generalidad, otorgan el día a las madres trabajadoras, sin descuento alguno, e incluso las festejan con desayunos o comidas. Por supuesto, esta costumbre, tan arraigada, permite que ese día los demás trabajadores, salgan temprano.

Los días 15 y 16 de septiembre, son patrios a más no poder. Se trata de nuestra independencia. De los dos días, únicamente el 16 de septiembre está reconocido en la Ley. La historia relata que el día 15 de septiembre era el onomástico de Porfirio Díaz, por lo cual hizo una pequeña modificación, que se ha traducido en la tradicional cena independentista del día 15, para disfrutar el día 16 de septiembre el desfile militar.

Noviembre, es particularmente, sincrético, conjugan tradición, folclor y un universo particular en México. Se trata del día de muertos, no son días de descanso según la Ley, pero la enorme diversidad, de empresas mexicanas o extranjeras, dan una muestra de como se adaptan en sus sistemas laborales a una población que venera estas fechas.

En resumen, el gran aporte tradicional, religioso, pagano y costumbrista de México, siempre ha dado colores inimaginables a nuestra forma de percibir el trabajo.

POR SARA MORGAN

Consultora Laboral / Directora de Equity Job Lab

@MorganSarel

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