Columna invitada

Yo defiendo al INE

De transformar al instituto, como propone el Presidente, se echaría por la borda la revolución democrática

Yo defiendo al INE
Gustavo de Hoyos Walther / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

Estamos ante la hora de la verdad del presente político mexicano. El Congreso de la Unión está por decidir el destino de nuestras instituciones electorales.

Si los legisladores transforman al INE, tal y como lo propone el Presidente y su partido, esto será echar por la borda lo que se logró por la gran revolución democrática de terciopelo en México, que sustituyó a la autoridad electoral controlada por el Estado y con una plena autonomía.

Con el control estatal, siempre ganaba el partido en el poder. Con la autoridad independiente gana el partido con más votos, sin importar cuál sea. Y así ha sido. Pero ahora el régimen propone regresar a tiempos pasados.

En efecto, la reforma electoral que propone el Presidente no busca mantener o incrementar la autonomía, imparcialidad y competencia que han caracterizado al INE y al TEPJF en los últimos lustros.

Todo lo contrario. La pretensión es que el órgano electoral y la autoridad judicial especializada sean de nuevo controlados desde el gobierno.

Esa ha sido la conclusión del Grupo de Venecia, un respetable órgano consultivo de la Unión Europea, que en un informe reciente afirma que la reforma planteada:

1) Busca centralizar las decisiones en un abierto desafío a los principios del federalismo mexicano;
2) Extraña que los consejeros del INE y los magistrados del TEPJF sean elegidos en un sufragio nacional, lo que atentaría contra la imparcialidad política y la competencia técnica del INE, pilares fundamentales para su deseada neutralidad;
3) Otorgaría mayor influencia a los partidos grandes y, por lo tanto, es un atentado a la pluralidad política que caracteriza al país;
4) Acabaría con la combinación virtuosa de los principios europeos de representación proporcional y los de mayoría en el estilo estadounidense, que caracterizan al sistema político mexicano.

No puedo más que estar de acuerdo. Pero más allá de ello, me ubico entre la gran mayoría de mexicanos que tienen en una alta estima a la autoridad electoral mexicana.

La revolución electoral en la década de los 90 del siglo pasado constituyó el equivalente a la caída del muro de Berlín en el mundo soviético o al fin del Apartheid en Sudáfrica. Acabó con la que mereció llamarse la dictadura perfecta. De ese tamaño fue esa transformación política de nuestra nación que ahora se intenta echar para atrás.

Por eso llegó la hora de actuar desde la ciudadanía. De exigir a los legisladores altura de miras. De tomar las calles para resistir ante la intentona por disminuir nuestros derechos. En esta lucha los ciudadanos mexicanos no estaremos solos, pues indudablemente contaremos con la solidaridad de los sectores más progresistas del planeta.

Defender al INE es un deber indeclinable de todo ciudadano. En 2019 el oficialismo pretendió apoderarse del órgano electoral.  Muchos nos movilizamos y empezamos una cruzada  por la democracia. Viene la batalla decisiva. Por eso lo digo sin vacilación: #YoDefiendoAlINE.

POR GUSTAVO DE HOYOS WALTHER

Fundador de Sí por México y Unid@s

@gdehoyoswalther

MAAZ

 

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