COLUMNA INVITADA

Ventana al mundo: riesgos en 2022

México debe velar por sus intereses y prestar atención a lo que pase más allá de nuestras fronteras

OPINIÓN

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Claudia Ruiz Massieu / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las predicciones en política internacional son arriesgadas; sin embargo, también son necesarias para preparar escenarios y procurar –en lo posible– anticipar crisis y aprovechar oportunidades. Cada año Eurasia Group, una de las consultoras más importantes liderada por Ian Bremmer, publica su reporte de los 10 riesgos globales a los cuáles se debe prestar atención. 

Para 2022, el dato fundamental es el vacío de liderazgo internacional. Por diversos motivos, tanto Estados Unidos como China se han ensimismado en tendencias centradas en resolver asuntos internos (polarización política, disminución del crecimiento económico, etc.). 

Hace un año, el cambio de administración Trump a Biden auguraba un Washington más asertivo como líder global, pero más allá de los gestos diplomáticos, la realidad es que EU, aunque continúa siendo la superpotencia indiscutible, no ha logrado reasumir su papel como mediador y conductor de un orden global institucional. 

Si bien tenemos cada vez más recursos científicos para luchar contra la pandemia por COVID-19, las secuelas aún se resentirán este año, como la interrupción en las cadenas globales de suministros y su consecuencia económica: la inflación. Además, nuevas variantes más contagiosas o más letales son un riesgo permanente, sobre todo en poblaciones que, en parte por las restricciones de movilidad, no han desarrollado anticuerpos. 

En otro ámbito, el llamado mundo “tecnopolar” plantea desafíos inéditos. Cada vez más compañías (muchas de ellas gigantes transnacionales cuasi-monopólicos) concentran datos personales de millones de usuarios de redes sociales, apps y en general de internet. 

Esta información se puede transformar en cosas más o menos inocuas, como anuncios publicitarios personalizados en nuestro Facebook para comprar ropa, pero también en estrategias microsegmentadas para esparcir desinformación y crear conflictos políticos que pueden llegar a poner en riesgo la democracia. No hay un consenso —y quizá aún tampoco la capacidad— para regular este mercado de información, manipulación y ciberespionaje. Rusia inicia el año subiendo la apuesta para afirmar su esfera de influencia, lo cual la pone en conflicto directo con Europa, la OTAN, EU y una posible intervención contra Ucrania, que en el extremo implicaría una guerra.

Las charlas para impedir que Irán desarrolle armas nucleares están empantanadas: los iraníes exigen cada vez más concesiones en un contexto en el que Estados Unidos se ha retirado de Oriente Medio para centrarse en el Indo-Pacífico (la desordenada salida de Afganistán es el mejor ejemplo).

En ambos casos, más allá de sanciones económicas insuficientes, no es claro que occidente tenga la voluntad necesaria —específicamente, la opción militar— para impedir el avance de regímenes autoritarios. Israel bien podría verse en la necesidad de ir en solitario a una intervención riesgosa y potencialmente catastrófica. Le recomiendo al lector que revise el reporte completo en https://bit.ly/ 3FYt5EH. México, como actor global, debe velar por sus intereses.

Y estos dependen en buena medida de lo que pase en el mundo, además de que este año formamos parte del Consejo de Seguridad de la ONU. Por eso, en 2022 necesitamos prestar atención a lo que pase más allá de nuestras fronteras y asomarnos al mundo. 

POR CLAUDIA RUÍZ MASSIEU
SENADORA DE LA REPÚBLICA

MAAZ

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