TOKYO 2020

Tokyo2020: de la nostalgia a la inspiración

Los Juegos Olímpicos se llevaron a cabo, pese a la contingencia sanitaria

OPINIÓN

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Javier Careaga.jpgCréditos: Especial

Ayer cayó el telón de los Juegos Olímpicos de Tokyo. Se fueron y nos dejaron llenos de nostalgia, pero también de esperanza. Fueron unos Juegos únicos, lo sabemos, se pospusieron un año, con altos costos e implicaciones, no obstante, aun en medio de restricciones y sin audiencias presenciales, el pueblo japonés, ofreció una organización excepcional, y mediante el uso de tecnología, nos regaló tomas televisivas cómo nunca antes: en alta definición, con ángulos, enfoques y movimientos, que nos permitieron vivir una experiencia profundamente íntima con los deportistas y admirar las fronteras del rendimiento del cuerpo humano, al que estos determinados seres, han sido capaces de llevarlo. Por momentos casi pudimos abrazarlos, celebrar con ellos, y a veces, hasta secar sus lágrimas mientras ellos secaban las nuestras.

Los Juegos Olímpicos en general tienen la capacidad de movernos y conmovernos; el poder para cuestionar el status quo y realinearnos con nuestra esencia humana más allá de fronteras, credos y niveles socioeconómicos, pero, en esta edición tan especial, esto fue mucho mas palpable. Y es que la competitividad legítima que existe entre los contrincantes, es férrea, y sin embargo, más allá del resultado, en primer plano siempre hubo una solidaridad humana esencial, y un mutuo reconocimiento de que el uno, necesita al otro para detonar su máximo potencial. No fueron pocas las escenas en las que el “vencido”, celebraba con el “vencedor” su hazaña, se admiraba, y celebraban juntos con un genuino abrazo entre hermanos. Disputar una final olímpica siempre ha sido un derecho reservado para solo unos cuantos, y más aun en esta edición, los que ahí se batían, se reconocían como veteranos de guerra, y aunque heridos, se sabían sobrevivientes de un camino largo, incierto y doloroso, que requirió una capacidad de enfoque y resiliencia excepcionales.

Y pongo entre comillas el “vencedor” y el “vencido”, pues si bien, la aspiración al oro es legítima y el ganador merece todo el reconocimiento, a otro nivel cada cual tiene la oportunidad de triunfar al conquistar la medalla más importante: ¡la de saber que lo dio todo! Como deportista, no hay consigna mayor. A cada cual le toca una mano de cartas, y su reto es encontrar la mejor forma de jugarlas. Solamente cada uno, sabe su punto de partida, lo que ha tenido que sacrificar, y la profundidad de las pérdidas que ha tenido que enfrentar –en su vida y particularmente en medio de esta pandemia global–, y por ello solo cada uno, puede darle el justo valor a su resultado.

La tragedia griega pretendía, en parte, ofrecer un espacio para la catarsis. Las batallas épicas de los grandes héroes y heroínas eran una manera de reflejarle a las personas, experiencias y cualidades que les ayudaran a descubrir dentro de si mismos nuevos sentidos y significados. De igual manera, los Olímpicos son un escaparate en donde podemos ver reflejado nuestro potencial, y donde el esfuerzo, la vulnerabilidad, la valentía y la determinación de los deportistas, nos invita a mirar hacia adentro y a encontrar esas mismas virtudes en nosotros mismos, a conocernos mejor, y a inspirarnos a conquistar nuestra propia realización.

Por: Javier Careaga

Conferencista / Olímpico en Seúl ‘88 y Barcelona ‘92

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