Más convence el ejemplo que las palabras, aunque sean muy elocuentes. La verdad, lo genuino y lo realizable se descubre con el tiempo, pero también con la madurez y la ponderación de los que escuchan y observan. Cuando hay disonancia entre lo dicho y lo hecho, la manipulación y el autoritarismo aumentan. Cuando se dice lo que no se hace, se puede dudar de lo que se piensa. Pronto se experimentan situaciones más complejas y se hace irreconciliable la razón y la realidad con las visiones y la fantasía. Es cuando las ideologías sirven de refugio mental y justificación de lo que se hace, aunque no se sepa en qué pueden desembocar.
POR SALVADOR CERÓN
ECONOMISTA
@ACCRESPONSABLE
DZA