TIEMPO DE INFRAESTRUCTURA

Modernización de la obra pública

Algunos gobiernos subnacionales iniciaron esfuerzos para digitalizar los procesos, como los servicios vinculados a la atención al público

OPINIÓN

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Úrsula Carreño/ Tiempos de Infraestructura/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Algunos de los retos de mayor relevancia a partir de la súbita aparición y permanencia del SARS-CoV-2 (COVID-19) fue reinventar la forma de trabajar, ser resilientes ante un entorno de pandemia y adaptar ciertas ventajas que ofrecía la tecnología; ante dicha situación, algunos gobiernos subnacionales, en respuesta, iniciaron o continuaron esfuerzos para digitalizar procedimientos y procesos, entre ellos, servicios relacionados con la atención al público, para facilitar el acceso de los ciudadanos a través de plataformas virtuales; si bien éstos son incipientes en gobierno digital, debemos reconocer la necesidad e importancia de una transición digital en las administraciones públicas locales.

Consolidar un gobierno digital, más allá de la pandemia, debería ser uno de los primeros objetivos a lograr; pero qué significa “gobierno digital”; la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lo define como:

“Uso de tecnologías de la información y las comunicaciones en el marco de las estrategias de modernización para crear valor público. Se apoya en el ecosistema digital del gobierno, que incluye a los actores de gobierno, organizaciones no gubernamentales, empresas, asociaciones de ciudadanos e individuos que apoyan la producción y acceso a datos, servicios y contenidos, a través de interacciones con el Gobierno”.

En ese sentido, como uno de los ejes rectores del proceso de digitalización gubernamental, sería muy deseable incluir el tema de la obra pública; si bien existen diferentes metodologías que podrían optimizar el destino de la inversión en infraestructura, estoy convencida que, herramientas como, por ejemplo, el “Modelado de Información de la Construcción” o BIM (Building Information Modelling) es uno de los procesos integrales en la industria de la construcción más exitosos en cuanto a ahorro de costos y tiempos. Según el Manual editado por el Grupo de Trabajo BIM de la Unión Europea en 2018, el BIM se puede definir como:

“Es un modelo digital de construcción, de operación y mantenimiento de activos; aúna tecnología, mejoras en procesos e información digital con el fin de mejorar radicalmente los resultados de los clientes y de los proyectos, así como la explotación de los activos. BIM es un factor estratégico para mejorar la adopción de decisiones relativas tanto a los edificios como a las infraestructuras públicas a lo largo de todo su ciclo de vida. Se aplica a nuevos proyectos de construcción fundamentalmente y apoya la renovación, reforma y mantenimiento del entorno construido, lo que representa la mayor parte del sector”.

Es importante no confundir el BIM con un software para la construcción; es una metodología colaborativa en la cual se planea, ejecuta y da seguimiento a un proyecto de infraestructura; ésta se denomina colaborativa porque todas las partes involucradas en el desarrollo de la obra tienen acceso y pueden participar a lo largo del ciclo de vida del proyecto de inversión.

En países como Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, sudeste asiático y Australia, la experiencia internacional ha demostrado que el uso y aplicación del BIM en el sector público genera ahorros tanto en plazos como en costos de las obras públicas, haciendo más eficientes los procesos de planeación, diseño, contratación, ejecución y seguimiento de éstas. La ventaja que representa para el sector público generar dichos ahorros, es que, en tiempos en los que los recursos públicos son limitados, las eficiencias en el gasto ayudan a reorientar recursos públicos hacia programas prioritarios y/o transferencias; según un estudio realizado por McKinsey en 2017, algunas estimaciones ubican los ahorros entre 15 y 25 por ciento del mercado mundial orientado a desarrollar infraestructura.

En Latinoamérica, la aplicación de BIM del sector público es incipiente; en dicho contexto, Chile es el país más avanzado; en 2020 logró que 53 por ciento de las inversiones licitadas a través del Ministerio de Obras Públicas considerara el uso de la metodología BIM en los proyectos a desarrollar; adicionalmente, otros países de la región cuyos avances
son significativos en la materia son Brasil, Colombia y Perú.

El uso de BIM, además de generar ahorros en tiempo y costos de las obras, es una herramienta que fortalece la transparencia. Al contar con información en tiempo real, se obtienen datos al momento sobre avance de la obra, costos y desviaciones con respecto a las estimaciones iniciales; así pues, podemos concluir que el BIM, además de ser una moderna metodología para el desarrollo de la obra pública, también podría ser una medida para garantizar la transparencia en los procesos de diseño, contratación, planeación, construcción, operación y mantenimiento y, de ese modo, evitar actos de corrupción.

ÚRSULA CARREÑO COLORADO

SOCIA FUNDADORA DE DUOMO BRUNELL, S.C.
@URSUCARRENO

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