TOUCHÉ

López-Gatell no debe renunciar

La afirmación de López-Gatell, que las exigencias y protestas por falta de medicamentos para los niños con cáncer son parte de una narrativa golpista internacional

OPINIÓN

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Alejandro Cacho / Touché / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hugo López-Gatell Ramírez no debe renunciar. No. A ese miserable deben correrlo y retirarle la licencia para ejercer la medicina. Además, debe ser llevado ante un juez para responder por su criminal manejo de la pandemia de coronavirus que costó la vida a cientos de miles de mexicanos que murieron por la negligencia oficial.

La afirmación de López-Gatell, que las exigencias y protestas por falta de medicamentos para los niños con cáncer son parte de una narrativa golpista internacional, es la más reciente muestra de su arrogante estupidez. Usted y yo sabemos que ya son varios actos y dichos de este sujeto que le hubieran costado el cargo en países con gobiernos serios, sensibles y profesionales. No es el caso de la 4T.

La semana pasada, Matt Hancok tuvo que renunciar como ministro de salud del Reino Unido porque fue captado abrazando y besando a su amante en sus oficinas. El problema no fue el adulterio, sino la hipocresía, porque él fue uno de los arquitectos de las guías estrictas de cierre de negocios, cancelación de viajes, confinamiento y distanciamiento social para controlar la pandemia. López-Gatell también fue captado besando a su pareja y no pasó nada.

David Clark renunció como ministro de salud de Nueva Zelanda porque decidió romper el confinamiento y viajar a la playa con su familia, en abril pasado.

Ecuador ha tenido cuatro ministros de salud por el desastroso manejo de la pandemia de coronavirus.

Hace un año, la polémica en torno a las cifras de casos y muertos por covid19 le costó el puesto a Jaime Mañalich como ministro de salud.

En Argentina, Ginés González García renunció al Ministerio de Salud por su deficiente manejo de la vacunación. Y no son las únicas renuncias.

En México, López-Gatell sabe que cuenta con el blindaje presidencial. En su infinita soberbia politizó un tema netamente científico. Renunció a su juramento profesional para convertirse en un abyecto fanático de López Obrador. No llevar otro propósito que el bien y la salud de los enfermos, es la base de la ética médica en todo el mundo. Pero, para Hugo López-Gatell está primero la Cuarta Transformación y la fuerza moral de su líder. Por eso ve a los enfermos de cáncer, incluso a los niños, como golpistas.

El hecho irrefutable es que no hay medicamentos contra el cáncer. Y si eso es mentira, como dice el lambiscón de palacio, que las muestren, que transmitan en vivo por redes sociales su arribo al país como lo han hecho colmas vacunas. ¿No sería muy fácil demostrar la mentira?

Hugo López-Gatell ha perdido el poco respeto profesional que le quedaba. Debe estar muy confiado en hacer carrera política una vez que termine su encargo en la Secretaría de Salud, porque hoy solo acumula el desprecio de sus colegas. Es un apestado.

POR ALEJANDRO CACHO
CACHOPERIODISTA@GMAIL.COM
@CACHOPERIODISTA

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