Desde tiempos antiguos se sabe del poder que tiene la música en el entorno humano. Siempre ha existido un vínculo bastante poderoso entre lo que estamos escuchando y cómo nos sentimos.
Es curioso como, cuando estamos tristes, solemos escuchar música triste, y es que la melodía puede ayudarnos a sacar a flote esas emociones y sentimientos que están en lo más profundo de nuestro ser; pero también tiene un interesante poder contrario, y es que si ponemos música que sea positiva, que nos invite a bailar, aunque estemos melancólicos, el efecto que tienen estas melodías en nosotros es casi instantáneo, haciéndonos sentir más felices.
¿Por qué sucede esto? Ha habido varios estudios a lo largo de los años que demuestran que la música es un importante detonador de dopamina en el cerebro, lo que nos hace sentirnos felices y relajados.
Otro hallazgo importante en estos estudios es que la música puede alterar nuestra percepción del tiempo, es por eso que disfrutar de un concierto o un festival, además de hacernos sentir plenos al escuchar la música que nos gusta, hace que tengamos la sensación de que el tiempo pasa volando.
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Ahora, en base a estos estudios, analicemos un poco cómo es que la música juega un papel crucial en nuestras vidas.
Por un lado, nos ayuda a liberar emociones, por otro, nos hace prender esos “receptores de placer” en nuestro cerebro, y además nos distorsiona la percepción del tiempo. Por todo esto es completamente normal que amemos los festivales y conciertos y que en este año y medio que llevamos sin eventos masivos, todos sintamos que necesitamos esa dosis de adrenalina que estos eventos suelen darnos.
Por todos estos mismos motivos, la música es crucial para cualquier actividad que realicemos.
Si estamos en un gimnasio, seguramente estaremos escuchando música que nos levante el ánimo, que nos haga sentir fuertes y poderosos. Difícilmente estaremos haciendo ejercicio escuchando música clásica o baladas románticas.
En las películas y las series, el elemento de la musicalización puede ser determinante para que una obra sea buena o mala.
Puede tener la mejor historia del mundo, la mejor narrativa, la mejor fotografía, realización, actuaciones; pero si no tiene música que acompañe a todos esos momentos cruciales de la historia, simplemente perderemos el interés. Piensa en una película de miedo, gran parte del suspenso que se crea antes de que aparezca el monstruo, fantasma o asesino es gracias a la música, que te invita a ponerte alerta para lo que viene; si no tuviéramos una buena musicalización, simplemente caeríamos dormidos.
Las tiendas tienden a usar esta misma psicología, es importante para el negocio saber qué tipo de música poner para que los clientes decidan quedarse más tiempo porque se sienten
“a gusto”. Aquí es importante notar que no deberían poner música muy acelerada (que te invite a irte rápidamente del lugar), ni algo tan calmado que decidas que te sientes muy relajado y mejor te irás a casa a dormir; caso contrario a lo que pasa en un SPA en donde la música debe ser primordialmente para relajar.
Los casinos son otro buen ejemplo de esto, pues inclusive los sonidos que tienen las máquinas al momento de anunciar que ganaste, te ayudan a sentir emoción y a querer seguir jugando más y por lo tanto, a apostar más.
Así que si tú tienes un negocio, piensa bien qué tipo de música vas a poner; no necesariamente debe ser la música que te guste a ti, si no que deberías tocar las canciones que traigan hacia tu negocio el efecto deseado; porque aunque no lo entendamos de todo, la música tiene un vínculo muy especial con respecto a cómo nos sentimos.
POR MAJO MONTEMAYOR
ELHERALDODEMEXICO.COM
@MAJOMONTEMAYOR
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