DESDE AFUERA

¿Renovar relaciones?

Las intenciones deben reflejarse en hechos y en las formas de superar, modificar o dar la vuelta a nuevas disposiciones sobre contenidos automotrices

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

WASHINGTON. "En busca de una nueva normalidad". De alguna manera, ese podría ser el título de las intenciones de la reunión que sostuvieron los presidentes Andrés Manuel López Obrador, de México, y Joe Biden, de Estados Unidos. 

Podría decirse que provocó escepticismo con una dosis de optimismo, aunque parezca contradictorio.

Porque en realidad el encuentro no eliminó problemas o suspicacias, pero tampoco fue el choque augurado. Fue constructivo y hasta cargado de simbolismos. 

La primera reunión personal de AMLO con Biden era esperada con expectación y especulaciones sobre la posibilidad de confrontaciones a propósito de temas de seguridad, ambientales, comerciales o inversiones. Pero sí los hubo, nadie los hizo trascender y a cambio quedó la inesperada, y de hecho bien recibida, declaración de agradecimiento de López Obrador por las actitudes de Biden hacia México y los migrantes.

El encuentro se celebró en el marco de una cumbre de América del Norte y la participación de tres jefes de gobierno, el otro fue el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien permitió a los anfitriones poner énfasis en temas generales y no en cuestiones bilaterales que canadienses y mexicanos ansiaban abordar.

El resultado fue una promesa de reanudar un proceso de integración económica que se puede ubicar dentro de la política de contener a China, que Biden ha puesto en marcha y que López Obrador suscribió sorpresivamente en la última aparición pública de los tres.

Pero, entre otras cosas, las intenciones deben reflejarse todavía en hechos, y sobre todo en las formas de superar, modificar o dar la vuelta a nuevas disposiciones sobre contenidos automotrices integradas al acuerdo comercial trilateral, durante el gobierno de Donald Trump y que preocupan a México y Canadá.

En lo bilateral, resultó un buen intento de regresar cinco años el calendario. Borrón y cuenta nueva. 

O como lo presentó el embajador Ken Salazar, el inicio de "un capítulo transformacional" con base en la visión de Biden sobre la relación bilateral y que México, en mi opinión, "es el vínculo más consecuencial para Estados Unidos" y de que "estamos listos para ir adelante en un nuevo capítulo que transformará la relación en una forma durable y permanente".

En ese sentido, hubo un evidente esfuerzo por presentar un nuevo-viejo rostro de normalidad en relaciones que se trata de basar, otra vez, en los acuerdos en estar en desacuerdo o aislar temas conflictivos para evitar la contaminación de toda la relación.

Tal vez no fue esa la fórmula, pero en la práctica así ocurrió. Los temas controversiales, como frontera, tráfico de armas y personas, problemas de energía y seguridad, fueron referidos esencialmente a los trabajos que se desarrollan o se realizarán en el marco de los recientes Diálogos de Alto Nivel económico y de Seguridad que se espera comiencen a generar propuestas o acuerdos en los próximos meses. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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