Este jueves el presidente Joe Biden planeaba durante la reunión trilateral en Washington entre México, Canadá y Estados Unidos, no solo tocar el tema China y crear un bloque de Norte América para rearmarse frente al auge económico y comercial de China; buscaba también apoyo y generar sinergias en los temas: Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Sobre el tema China todo salió de maravilla a la hora de hacer equipo y atacar al gigante asiático, algo que no solo aprobó el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en una posición muy neoliberal, si no que afirmó es una decisión muy acertada, el “mejor instrumento” para enfrentar a la competencia “derivada del crecimiento de otras regiones del mundo”.
Sin embargo, se dice, se comenta y se rumora, que cuando Biden quiso abordar el tema de Nicaragua y sus fraudulentas elecciones; Cuba y la represión a las protestas contra el régimen; o bien Venezuela y las elecciones por suceder este 21 de noviembre; México aplicó la “Doctrina Estrada”.
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¿En qué consiste la “Doctrina Estrada” eje de la política exterior mexicana?
También conocida como la Doctrina Mexicana, fue redactada en 1930 por su autor, Genaro Estrada, secretario de Relaciones Exteriores durante la Presidencia de Pascual Ortiz Rubio.
En su esencia, la doctrina responde a la política de no intervención y el derecho a la autodeterminación de los pueblos, nociones consagradas en el Artículo 89 de la Constitución. En las palabras del secretario Estrada, el estado mexicano “no califica el derecho de las naciones para aceptar, mantener o sustituir a sus gobiernos”.
El documento redactado por Genaro Estrada dice:
“El gobierno de México no otorga reconocimiento porque considera que esta práctica es denigrante, ya que además de herir la soberanía de las otras naciones, coloca a éstas en el caso de que sus asuntos interiores pueden ser calificados en cualquier sentido por otros gobiernos, quienes, de hecho, asumen una actitud de crítica al decidir favorable o desfavorablemente sobre la capacidad legal de regímenes extranjeros”.
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Por tal motivo, más que una política de no intervención, la Doctrina Estrada es usada como una política que defiende a un gobierno extranjero frente a otras potencias que cuestionen su legitimidad, y por lo mismo México no quiso pronunciarse en el encuentro trilateral frente a temas tan polémicos como Cuba, Nicaragua o Venezuela.
Sin embargo, guardar silencio e invocar esta doctrina, hace para muchos parecer que México no condena actos no democráticos, de lesa humanidad o violatorios de los derechos humanos. ¿Ustedes que opinan?, los leo en mi cuenta de twitter @gtlaseca.
Por: Gaby Tlaseca
@gtlaseca
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