COLUMNA INVITADA

El 2020 desgarró mi corazón en dos ocasiones

Salir a la calle y ver a todos con cubrebocas me hela la sangre

OPINIÓN

·
Laura Elena Gerdingh / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Pérdidas terribles que aún tienen mi mundo sacudido, que dejan tras de si caos emocional, enojo, vulnerabilidad, pavor, inseguridad, incertidumbre, depresión.  Me clavó una primera llaga al haberse llevado prematuramente a dos seres queridos. Esta terrible tragedia no fue la excepción, si las escuchas, las penas te gritan o a veces te susurran secretos que contienen en su oscuro corazón. Escuchar sus secretos, no lo dudes, te generará amarga aflicción, pero también te otorgará el poder de aprender de la experiencia. Te dará ciertos saberes, que, sin ese dolor, aún si alguien mas te los comparte, no los podrías asir. Eso no quiere decir que en todos los casos eso sea consolador.  Esta pena en especial me recordó lo que ya la vida me había enseñado.

La vida es frágil y no será eterna. Coincido con los filósofos que descaradamente nos enfrentan con esta atroz verdad: el sabernos mortales es lo que mas nos hace sufrir y angustia, es también lo que le da sentido a nuestra vida. No quisiéramos nunca morir, pero saber que sucederá hace que cada momento que tenemos sea tan valioso. Una vida eterna sería terrible….

Impávido ante mi dolor me clavó una segunda llaga. Una pérdida en el ámbito de lo económico, perdí mi patrimonio.  Todo lo que tenía, resultado de la venta de la casa en la que había vivido con mi exesposo y de los ahorros que había logrado acumular durante toda mi vida.

Los había invertido para contar con eso en el futuro… para contar con eso en el futuro. Cuántas veces nos han dicho en vida hermano, en vida.  Cuántas reflexiones giran alrededor del disfrutar el hoy que es lo que tenemos.

La vida me enseñó a cachetadas cuán cierto es esto. Sigo siendo de la idea de pensar en nuestro futuro. Es necesario prever para nuestro mañana. Pero no mas que para nuestro hoy.

Hay ciertas cosas que hay que estrenarlas hoy, en este momento, quién sabe si llegará ese futuro para hacerlo… y no sólo por que no sabemos cuándo moriremos, sino por que mil cosas pueden suceder.

Hay algunas oportunidades que implican esfuerzo, renuncias, inversiones lo que nos invita a postergarlas, pero hoy seguro ahí están y mañana no lo sabemos.  Ese cariño por dar, decisión por tomar, palabra por decir, paso por dar. Ya se ha dicho mucho acerca de que esta pandemia nos ha enseñado a repensar nuestro estilo de vida, a replantearnos nuestra escala de valores y acomodar prioridades, que es momento de sensibilizarnos ante el dolor del otro y ser solidarios.

Lecciones valiosísimas que de corazón espero podamos asimilar.  Pero creo que hay otra importante, si esta pandemia no nos ha enseñado que absolutamente cualquier cosa, que ni siquiera podríamos haber remotamente imaginado puede suceder, es que no estamos escuchando. Salir a la calle y ver a todos con cubrebocas me hela la sangre.  Imagen bizarra que lleva detrás de sí, implícito, que hay un bicho que está suelto y que es amenazante, aún mas por ser invisible. Puede estar donde sea... hasta en el beso del amado. Que hay pánico, en algunos casos mas que en otros. Que hay pérdidas y duelos, en algunas familias mas desoladores que en otras. Que ha habido quién genera conciencia, quién ha sabido reinventarse, quién ha sido creativo, quién se ha volcado a ayudar a otros. En realidad, si reflexionamos, aunque ahora exacerbado, así ha sido siempre, sólo que lo que hoy nos golpea jamás lo hubiéramos imaginado. 

El futuro es absolutamente incierto, aprovecha lo que tienes hoy… yo mi capacidad generadora. 

POR LAURA ELENA GERDINGH
PSICOTERAPEUTA
@LGERDINGH