Todas y todos los mexicanos tenemos derecho a la protección de la salud, y para que dicho derecho pueda ser ejercido plenamente se requiere la intervención del Estado.
En ese sentido, el acceso universal y gratuito a la vacuna contra el covid-19 tiene un claro interés social y ayudará a evitar condiciones históricas de discriminación, y ese es justo el motivo por el que la iniciativa privada no puede ni debe ofrecer la vacuna, al menos no hasta que lleguemos a la etapa 5 del programa de vacunación.
Como sabemos, en todo el mundo hay una oferta fija y escasa de vacunas, lo que las encarece bajo la lógica de la oferta y la demanda.
¿Cuánto pagarías por volver a la “normalidad”? ¿Mil pesos, 5 mil, 50 mil?
Te podría interesar
¿Cuántas mexicanas y mexicanos pueden pagar esas cantidades?
Recordemos que 10 por ciento de la población concentra dos terceras partes de la riqueza, mientras que a más de la mitad no le alcanza ni para comer.
De acuerdo con el Coneval, el ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional es de 4 mil 252.90 pesos mensuales.
Y eso, entre quienes tienen un empleo formal.
No debemos ignorar que, según el Inegi, 56 por ciento de la población económicamente activa son trabajadores independientes sin seguridad social, prestaciones laborales e ingresos que no superan la media de los “formales”.
Por eso, la vacuna debe ser considerada como un bien público y no como una mercancía.
Sujetarla a las “leyes del mercado” solo replicará fenómenos que ya estamos viendo: las naciones ricas, con sólo 14 por ciento de la población mundial, ya acapararon 53 por ciento de las vacunas.
Problema que México anticipó al sumarse al programa COVAX.
Y no solo eso, después del personal médico que controla la pandemia, el programa de vacunación dará prioridad a quienes tienen mayor riesgo de morir y no a quienes tienen mayor riesgo de contagio.
Hoy sabemos que las personas mayores de 80 años tienen 15 veces mayor riesgo de morir –entre 70 y 79 años es 11 veces mayor–, y por eso las y los mayores de 60 serán los primeros en ser vacunados, incluso a la par de personal de salud que no trabaja con pacientes covid, dejando a los de 39 años y menores para la quinta etapa, de junio de 2021 a marzo de 2022.
Con este antecedente, ¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por volver a la “normalidad” en enero o febrero entrantes?, ¿50 mil, 100 mil pesos?
¿Cuánto vale el privilegio de ignorar las medidas de salubridad que hoy nos deberían tener en casa?
Si buscamos un objetivo social, el beneficio común, la equidad y el pleno ejercicio del derecho a la salud, la vacuna no debería estar disponible en el mercado, pero si queremos perpetuar privilegios para quienes más tienen, que no la vendan los privados, que las subasten, para que quede más claro lo que significa la inequidad.
POR CIRCE CAMACHO
@CAMACHOCIRCE