La industria automotriz de Coahuila enfrenta uno de sus mayores retos en décadas. Con la firma de un nuevo decreto arancelario por parte de Donald Trump, que busca imponer un gravamen del 25 por ciento a las importaciones de aluminio y acero, las alarmas se encienden en la región.
Para analizar este escenario y sus posibles consecuencias, el Dr. Alejandro Dávila Flores, economista egresado de la Universidad Autónoma de Coahuila y con maestría en Economía por la UNAM, quien ha seguido de cerca la evolución del sector en el estado habló con El Heraldo Radio Laguna.
El doctor aseguró que el país está en un punto crítico, ya que la industria automotriz atraviesa una transformación profunda debido a la transición hacia tecnologías más limpias y a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Esto no solo afecta la manera en que se fabrican los vehículos, sino también su demanda y el tipo de piezas requeridas.
"En el futuro se necesitarán menos autos y menos partes, lo que inevitablemente impactará el empleo en el sector", dijo.
A esto, comentó, se suma el contexto geopolítico actual, donde Estados Unidos está replanteando su liderazgo económico global con una política proteccionista. La decisión de Trump de imponer aranceles al acero y al aluminio, dijo, representa un duro golpe para la competitividad de la industria en Coahuila y en México en general.

Coahuila podría enfrentar consecuencias inmediatas por los aranceles de Trump
El doctor indicó que las consecuencias que podría vivir Coahuila dependerán en gran parte de la renegociación del T-MEC. La administración Trump ha dejado claro que busca adelantar la revisión del tratado y amenaza con aplicar nuevos aranceles a la industria automotriz y farmacéutica, aseguró.
Si esto se concreta, dijo, el impacto en Coahuila será significativo, ya que la economía en la entidad está altamente integrada a la cadena de valor automotriz de Norteamérica.
Sin embargo, añadió, aplicar tarifas generalizadas a México y Canadá también podría debilitar la propia competitividad de la industria estadounidense. Muchas piezas cruzan varias veces la frontera antes de ensamblarse en un vehículo final, por lo que un encarecimiento en esta cadena productiva podría terminar perjudicando a las propias empresas norteamericanas, comentó.
Destacó también que la administración de Trump tiene una visión fundamentalista del comercio, donde los aranceles son utilizados como un mecanismo de presión para atraer empleos a Estados Unidos. Sin embargo, esta estrategia tiene varias fallas, dentro de las que destacan que el país no cuenta con la mano de obra suficiente para sostener un esfuerzo de relocalización masivo, especialmente si endurece sus políticas migratorias.
A esto agregó que puede generar presiones inflacionarias que terminen afectando a la propia economía estadounidense. Y, por si fuera poco, los ingresos por aranceles no serán suficientes para compensar las reducciones de impuestos que plantea Trump para incentivar la producción local.
En este contexto, el mayor beneficiado de este conflicto podría ser China, que ha sabido aprovechar la globalización para consolidar su industria automotriz y tecnológica. Mientras Estados Unidos se repliega, China avanza en la innovación y en el desarrollo de nuevas tecnologías.

¿Qué se puede hacer en Coahuila ante la coyuntura por los aranceles?
Alejandro Ávila dijo que la primera estrategia en Coahuila debe ser reconocer la alta dependencia del sector automotriz y de los combustibles fósiles. En materia energética, dijo, México importa casi el 50 por ciento de la energía que consume, especialmente gas natural de Texas, lo que nos vuelve vulnerables, por lo que se necesita acelerar la transición energética hacia fuentes renovables y reducir nuestro consumo de combustibles fósiles.
En términos industriales, dijo, es momento de apostar por nuevas oportunidades. Una opción viable para Coahuila es la fabricación de autobuses eléctricos y bicicletas, sectores que están en auge debido a la transformación de la movilidad urbana. Taiwán, ejemplificó, genera exportaciones de bicicletas por más de seis mil millones de dólares anuales, lo que demuestra el potencial de esta industria.
Añadió que se debe mejorar la calidad de la educación, los servicios de salud y la seguridad pública para atraer nuevas inversiones y fomentar el emprendimiento local. No podemos quedarnos esperando a ver qué decide el gobierno federal en las negociaciones con Estados Unidos. Es momento de actuar con visión de futuro.
"Lo importante ahora es actuar con rapidez y definir una estrategia de largo plazo que nos haga menos dependientes de un solo sector. La mejor energía es la que no se usa, y la mejor economía es la que diversifica sus oportunidades. Coahuila tiene el talento y los recursos para lograrlo, pero debemos ponernos manos a la obra cuanto antes".
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