Layún era un joven estudiante de la carrera de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), vivía con sus papás y hermanos pero su vida dio un giro inesperado tras participar en un hecho violento que acabó con la muerte de uno de sus amigos de la infancia.
En entrevista con Saskia Niño de Rivera para el podcast Penitencia, reconoce que asesinó a su amigo porque le debía una fuerte cantidad de dinero pero esta consciente de que tomó una muy mala decisión.
“Yo hoy sé que en ese momento no tenía conciencia de lo que valía una vida”, admitió Layún.
Layún soñaba con ser futbolista y médico veterinario
Relata que desde pequeño soñaba con ser futbolista y medico veterinario, sueño que estaba cumpliendo pero que se vio truncado. Layún creció cerca de Martín Carrera en la Ciudad de México, vivía con su mamá, su padrastro y sus tres hermanos, afirmó que en casa siempre se inculcaron los valores y el estudio “el núcleo era bastante limpio”.
“Ellos no merecían lo que me pasó”, confesó Layún.
Pero las amistades que forjó en su infancia no eran las idóneas para alguien universitario, aunque dejó de ver a sus amigos de la primaria y secundaria un tiempo, se reencontró con ellos en la universidad por una reunión.
Ahí uno de sus amigos le comentó que conocía a un vendedor de Sony Japón y que quería hacer negocio con él y los demás, Layún se entusiasmó y le dijo que él tenía compañeros en la universidad donde podía promover los juegos y demás aparatos electrónicos que vendiera, acordaron el negocio y comenzó la venta.
Layún cumple una condena de 35 años de prisión por asesinar a su amigo
Todo iba bien hasta que su amigo le comenzó a pagar a todos menos a él y así lo hizo durante varios meses, Layún afirma que ahora sabe que su también socio se gastaba el dinero en estupefacientes. Y aunque el joven estudiante de veterinaria vivía con el apoyo de sus papás que tenían un puesto de tianguis, con la beca de la escuela pues buscaba obtener un poco más de dinero para gastarlo con su novia de ese entonces y para sus gastos.
Layún relata que sus amigos que vivían por su domicilio bebían alcohol y se intoxicaban, no estudiaban y que él por ser deportista casi no tomaba pero si se iba de fiesta con ellos a veces. Su amigo le daba largas para pagarle lo que le debía. Pero sintió más presión cuando debía hacer un viaje de la escuela, le reclamó a su amigo el pago y se pelearon a golpes, como él practicaba karate le puso una paliza a Layún quien al legar a la escuela dijo que lo habían asaltado.
En la tarde se reunió con sus compañeros de por su casa y un joven que nunca había visto dijo que lo mejor era robarle si no le quería pagar, por lo que Layún pensó que esa era una salida fácil porque tenía videojuegos, celulares e incluso el Play Station 3 que en México apenas iba saliendo, el martes 17 de marzo de 2006 lo planearon y el 18 ejecutaron el robo.
Relató que su amigo deudor se estaba terminando de bañar cuando empezaron a sacar las cosas, fue fácil entrar a su casa porque quienes lo acompañaban a veces cuidaban al amigo que vendía las cosas, entonces sabían sus movimientos.
Pero cuando el de la casa se percató comenzó a golpear a Layún, su coparticipe empezó a robar las cosas, mientras que Layún al sentir que la pelea subió de intensidad decidió agarrar un martillo y le pegó en la cabeza.
“Llega el otro chico y lo remata, el que estaba sacando las cosas”, detalló Layún.
Se quedó shockeado, se fue a su viaje escolar y uno de los participantes le dijo que estaba en el hospital que todo había salido bien, aunque igual quedaba parapléjico. Hasta que en el viaje le confesó a una compañera lo que sucedió y ella lo orienta.
Al regresar a la capital, le llama uno de los participantes y le dice que fueron los policías a la casa de otro amigo a indagar que había pasado y al acudir, la policía estaba en ese domicilio, Layún refirió que lo sometieron y amedrentaron, por lo que reconoció que estuvo en la casa y que si él estaba en el hospital se hacía responsable y es cuando le aventaron las fotos con el cadáver del amigo que acabañan de encontrar ese día.
Layún fue sentenciado a 35 años de cárcel, solo tenía 21 años en ese entonces y reconoce su error y se arrepiente, pero también asegura que su proceso estuvo plagado de irregularidades además de que su coparticipe salió libre tras mentir en los hechos y culparlo de todo, él prefirió no confesar a las demás personas que estaban involucradas.
Layún cumple una condena de 35 años en prisión: “No me quiero morir sin volver a ver la calle”
Actualmente Layún confiesa que ha madurado y que lleva 15 años recluso, que la cárcel ha cambiado, ya que los primeros años fueron muy duros y le costó trabajo hacerse respetar además de que estaba un poco perdido. Durante los primeros años en prisión se hizo tatuajes, lo picaron varias veces y tuvo que ser hospitalizado, pero desde hace 12 años encontró su camino y desea volver a ver la calle.
Layún se encuentra en prisión, estudia Derecho, da clases y practica deporte
Estudia Derecho, practica deporte, da clases, tiene dos hijas a las que pidió que ya no las lleven a verlo a la cárcel y mantiene comunicación con su pareja. Layún actualmente colabora con grupos prioritarios dentro de prisión que es un área ocnformada por la comunidad LGBT+, los pueblo originarios y los adultos mayores.
“No me quiero morir sin volver a ver la calle”, admitió Layún.
Layún asegura que llegó arrogante a la cárcel pero hoy está cambiado porque sabe cuál es su objetivo en la vida y espera tener la oportunidad de ver cumplir su sueño y que pueda salir. Por su parte, Saskia Niño de Rivera aseveró que Layún es un claro ejemplo de lo que es un centro de reinserción porque ha evolucionado mucho adentro.
"Un hombre que nos demuestra que la reinserción social es posible", afirmó Saskia Niño de Rivera.
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