TRABAJA POR LAS VÍCTIMAS

Carmen Sánchez, víctima de un ataque con ácido, se reconstruyó para actuar contra la violencia machista

La activista dio una charla en Torreón donde habló de todas las situaciones que sufrió desde que fue agredida por el hombre que era su pareja

Carmen Sánchez, víctima de un ataque con ácido, se reconstruyó para actuar contra la violencia machista
Habló de cómo este tipo de agresiones marca a las mujeres que las padecen Foto: Secretaría de las Mujeres de Coahuila

En el marco del Día Internacional de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer, Carmen Sánchez, activista y sobreviviente de violencia ácida, ofreció en Torreón una conferencia titulada "Sí es posible reconstruirse después de la violencia". Su intervención no solo conmovió al público, sino que también dejó en claro la urgencia de generar cambios estructurales en el sistema judicial y social para garantizar la protección y justicia de las víctimas de violencia de género.

La historia de Carmen está marcada por un ataque que cambió su vida para siempre. El 20 de febrero de 2014, Efrén García, su pareja durante diez años, le arrojó ácido en el rostro y el cuerpo.

“Ese día mi vida dio un giro completamente total”, recordó. El ataque la obligó a permanecer hospitalizada durante ocho meses. En ese tiempo, no solo enfrentó un dolor físico insoportable y múltiples cirugías reconstructivas, sino también la separación de sus hijas y el constante temor de que su agresor pudiera regresar. Sin embargo, Carmen se encontró con un obstáculo inesperado: la indiferencia y negligencia de las instituciones encargadas de impartir justicia. Desde el principio, las autoridades minimizaron la gravedad de sus lesiones.

“El médico legista clasificó mis heridas como lesiones simples, como si fueran algo que no tardaría más de 30 días en sanar. Yo estaba en el hospital, sin poder moverme, sin ver a mis hijas, y las instituciones no hicieron nada”, compartió.

La activista habló del duro camino que ha debido recorrer. FOTO: Secretaría de las Mujeres de Coahuila.

La lucha de Carmen para tipificar la violencia ácida

Al salir del hospital, Carmen buscó la carpeta de investigación y se encontró con una realidad desoladora: su caso no había avanzado, y su agresor seguía libre.

“Nosotras creemos que las instituciones nos van a ayudar, que van a protegernos. Pero no fue así. No solo me enfrenté a la violencia machista del hombre que intentó asesinarme, sino también a la violencia institucional. No hubo perspectiva de género, ni protección para mí ni para mi familia”.

Fue en ese momento cuando Carmen tomó una decisión: no permitir que su caso quedara en el olvido. Consciente de que había otras mujeres en México enfrentando situaciones similares, comenzó a organizarse con asociaciones civiles y colectivas feministas para visibilizar la violencia ácida. “Lo que no se nombra no existe”, afirmó. Y así, nació su lucha por darle un nombre a esta forma de violencia y exigir que fuera reconocida en el marco legal como un delito autónomo y una tentativa de feminicidio.

En el camino, Carmen Sánchez se convirtió en activista a favor de las mujeres

Carmen se transformó de víctima a activista. A lo largo de diez años, enfrentó retos inmensos: desde la falta de recursos económicos para financiar sus cirugías reconstructivas hasta el riesgo constante de amenazas por parte de su agresor y otras personas incómodas con su activismo.

“Es muy difícil y doloroso iniciar un activismo sin apoyo del Estado. Necesitamos a la sociedad para salir adelante, necesitamos que nos crean y que se unan a nuestra lucha”, dijo.

Uno de los momentos más emblemáticos de su lucha fue la sentencia que logró contra su agresor. Después de años de esfuerzos y gracias al apoyo de su asesora jurídica y organizaciones feministas, Efrén García fue condenado a 46 años y 8 meses de prisión.

“Esta es la primera sentencia en México y América Latina que castiga un ataque con ácido como tentativa de feminicidio. Esto no lo lograron las instituciones, lo logramos las mujeres valientes que jamás nos rendimos”, declaró.

La activista fue escuchada por ciudadanas de Torreón. FOTO: Secretaría de las Mujeres de Coahuila. 

Carmen Sánchez acompaña a las mujeres que pasan el mismo infierno que ella

Actualmente, Carmen preside la primera fundación en México dedicada a acompañar a mujeres atacadas con ácido. Desde esta organización, brinda apoyo legal, psicológico y médico a las sobrevivientes. Acompaña de manera directa a 15 mujeres en diferentes partes del país, aunque estima que existen al menos 100 casos anuales de ataques con sustancias químicas en México.

Lamentablemente, muchas víctimas no denuncian por miedo a represalias o por desconfianza hacia las instituciones. La activista también hizo énfasis en la necesidad de reformas legislativas y políticas públicas que castiguen severamente a los agresores y prevengan la violencia de género.

“Tenemos que prevenir desde las escuelas, invertir en la prevención y buscar reformas legislativas que castiguen a los violadores con penas ejemplares. No podemos seguir permitiendo que la violencia contra las mujeres crezca más”, sentenció.

Además de su labor en la fundación, Carmen continúa preparándose académicamente. Recientemente concluyó la licenciatura en Derecho, con el objetivo de defender los derechos humanos de las mujeres, niñas y niños.

“La violencia que en algún momento nos marcó no nos define. Hay esperanza, podemos reconstruirnos y recuperar los sueños que la violencia nos arrebató”, expresó.

Fue reconocida por las autoridades estatales. FOTO: Secretaría de las Mujeres de Coahuila.

La lucha para erradicar la violencia contra las mujeres no ha terminado

A pesar de los logros alcanzados, Carmen reconoce que la lucha aún no termina. Señaló que muchas mujeres atacadas con ácido siguen enfrentándose a un sistema judicial que no las protege y a una sociedad que minimiza su sufrimiento.

“En el sector salud nos decían que las cirugías que necesitábamos eran estéticas, como si nuestras heridas no fueran funcionales. Y en el sistema de justicia, seguían clasificando los ataques como lesiones simples o violencia familiar”, explicó.

El mensaje de Carmen no solo busca justicia para las sobrevivientes, sino también sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad de la violencia de género. “No hay necesidad de vivir lo mismo que nosotras para entenderlo. Tenemos que creerles a las mujeres cuando denuncian. Mi ataque fue la culminación de muchas violencias previas que pudieron haberse prevenido si alguien hubiera tomado en serio mis denuncias”.

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