Aunque la actividad en el interior del Popocatépetl parece dar algo de tregua, los tremores y la emisión de gases y vapor de agua se mantienen constantes, de acuerdo con los datos ofrecidos por el Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred).
Según las mediciones más recientes, se han registrado más de 900 minutos de tremores fuertes y de alta intensidad, los cuales se asocian con la expulsión de gases y vapor de agua desde el interior del volcán.
Por lo regular dichos gases, que incluyen algunos peligrosos compuestos azufrosos, se diluyen en la atmósfera, sin riesgo para la población. En otras ocasiones, no obstante, pueden combinarse con agua, formando lluvias ácidas.
También se informó sobre la expulsión de cenizas, las cuales, debido a las corrientes de aire, podrían caer sobre el Valle de Atlixco, en Puebla, donde en días anteriores ya se ha registrado una caída constante de este material.
“El escenario más probable en el corto plazo, es que continúe una actividad similar a la que se ha presentado recientemente, caracterizada por la ocurrencia de tremor de alta frecuencia y amplitud variable; algunas explosiones de tamaño menor a moderado y ocasionalmente grandes y emisiones de ceniza que posiblemente alcancen poblaciones más lejanas de lo ya observado, así como la expulsión de fragmentos incandescentes dentro del radio de exclusión de 12 kilómetros”, detalla la dependencia.
Hasta el momento, el semáforo de alerta volcánica continúa en amarillo fase tres. Las autoridades piden a la población no acercarse al radio de exclusión y permanecer atentos a los canales oficiales para cualquier actualización.
