MICHOACÁN

Habitantes indígenas del Paracho crean artesanías bajo amenaza por inseguridad y violencia

Lauderos michoacanos reportan caídas en ventas de hasta 70% debido a la inseguridad; en 15 años, tres talleres han tenido que cerrar

NACIONAL

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Los lauderos aseguran que ha bajado el turismo en esta comunidad, lo que ya merma la actividad artesanalCréditos: Charbell Lucio

Desde el siglo XVI, habitantes indígenas del municipio de Paracho, aprendieron de los conquistadores la elaboración de instrumentos musicales de cuerda, una actividad que hoy se mantiene, aunque bajo amenaza por la inseguridad y la violencia que pesa sobre Michoacán.

En Paracho, considerado el corazón de la Meseta Purépecha, la mayoría de las familias se ha dedicado a la elaboración de artesanías de madera e instrumentos musicales, principalmente las guitarras, que se han popularizado a nivel mundial.

Sin embargo, desde hace 15 años, la escalada de la violencia e inseguridad en el estado ha alejado al turismo, y con ello, las ventas han decaído. Filiberto Díaz, propietario del taller de guitarras Jesús Díaz Reyes, tiene 40 años en el oficio y afirma que, de 17 talleres que laboraban anteriormente, tres ya cerraron sus puertas.

En su caso, recuerda que antaño vendía al menos un instrumento de alto o mediano costo a la semana, pero hoy, el panorama es desalentador para él y su familia. El reconocido laudero de Paracho, considera que la crisis económica, pero sobre todo la inseguridad, han golpeado a los artesanos y fabricantes de guitarras, pues los compradores ya no quieren visitar la zona.

“La inseguridad ya nos rebasó y la gente ya no viene con la misma confianza que antes; tiene miedo de venir por lo que se oye. Si estamos esperanzados a que llegue gente a comprarme una guitarra aquí en la tienda llego a durar hasta dos meses sin vender una sola guitara, y cuando se da la oportunidad llego a vender una guitarra de un costo muy bajo”, lamenta Filiberto.

Roberto Escobedo Hernández, dueño del taller que lleva el mismo nombre, tiene 30 años en la fabricación de guitarras, coincide en que las ventas se han desplomado entre 60 y 70 por ciento.

“Nos ha afectado mucho, desgraciadamente, el cierre de carreteras, robos, asaltos, la gente tiene miedo de venir para acá. Ha bajado 60 por ciento el turismo aquí en Paracho”, asegura.

(Créditos: Charbell Lucio)

Tanto Filiberto como Roberto, han hallado en el internet y las redes sociales una esperanza para mantener viva la tradición familiar de la laudería, pues, mediante esas plataformas son contactados por compradores que requieren guitarras finas, personalizadas o de diseño exclusivo.

“Gracias a las redes sociales hemos trascendido a otros países, es donde uno se da a conocer más. Aquí en Paracho hay mucha gente que dependemos de las redes sociales. Antes hacía más guitarras, pero de menos calidad, ahora hago una guitarra por mes, pero de más calidad”.

Uno de esos compradores es José Antonio López, concertista y catedrático de la Universidad de Puerto Rico, quien viajó desde el archipiélago caribeño para adquirir una guitarra de Paracho. Sin conocer el contexto de violencia en Michoacán, asegura que su visita a Michoacán ha sido toda “una fantasía”.

“Todos los guitarristas soñamos con que algún día tenemos que venir. El motivo principal es que aquí hay unos lutieres que no existen en ninguna otra parte. Yo he ordenado una guitarra de concierto que se conoce como La Cumbre, una guitarra del siglo XIX y es una réplica. Es la guitarra más difícil de construir y donde la hacen a ese nivel de dificultad es aquí. Vengo como turista y a recoger la guitarra maravillosa que me han hecho”, compartió el guitarrista profesional.

Y es que los lauderos de Paracho trabajan con una técnica sin igual que se complementa con maderas finas importadas desde Canadá, Europa, Asia y África, lo que da a su producto una calidad apreciada mundialmente.

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