Crónica

Plantón 420: la esquina en el corazón de México donde se planta y fuma marihuana libremente

El Heraldo Digital se sumergió en el Plantón 420, uno de los espacios en CDMX que luchan por un consumo libre y responsable de cannabis

Plantón 420: la esquina en el corazón de México donde se planta y fuma marihuana libremente
El Plantón 420 es uno de los espacios liberados para fumar marihuana en CDMX FOTO Especial

“Un cigarrito, un cigarrito”, ofrece un hombre de camisa blanca y gorra gris a los chilangos que caminan en la esquina de Reforma e Insurgentes, avenidas importantes de la Ciudad de México. A primera vista, los árboles frente al Senado de la República crecen sobre tierra árida y cobijan del sol a los grupos de dos o tres personas que, entre risas y palabras, dejan salir por la boca un humo que huele a marihuana.

El olor de la cannabis se impregna en el aire de las calles, mientras el hoyo gris se extiende hasta cortar de tajo con la frontera del Plantón 420, un espacio de activismo que se creó “en pro de una sociedad más justa, informada, libre y pacífica” desde hace dos años y siete meses. 

La esquina de Reforma e Insurgentes se ha convertido en un punto clave para el consumo de marihuana FOTO: Cuartoscuro

“Hay que dejar en claro que de las vallas para afuera es la calle. Nosotros no tenemos nada de injerencia en lo que suceda”, nos dice una joven morena, delgada, con rastras en el pelo y estampados diferentes en la ropa. Su nombre es Mayra Lorena Mulato López, pero la banda la conoce como “Pachehontas”, activista cannábica, modelo de bodypaint e integrante tanto del Plantón como del colectivo Mujeres Cannábicas en Resistencia. 

Al entrar por la puerta improvisada, el verde de todo tipo de plantas inunda la mirada y las estructuras de madera, que apenas se ven desde afuera, recuperan su tamaño real delimitando la zona de protesta, consumo y cultivo.

“Dentro de la zona de consumo no vendemos, no compramos, no rolamos el porro, no pedimos ni ofrecemos marihuana”, nos explica. "Aquí cada quien trae lo que consume".

 Para encontrar la entrada hubo que pasear por las fronteras del plantón. No hay un letrero, pero intuimos que la reja entreabierta en la parte de atrás era la entrada al “oasis en medio de la ciudad”.

El Plantón 420 realiza actividades informativas sobre el consumo de marihuana FOTO: Cuartoscuro

La tensión de los ofertadores de cigarros, el tráfico y el calor se reducen considerablemente al atravesar la reja. Una especie de recibidor hecho de madera y techos de lona refrescan a sus visitantes recién llegados dejando entrar el aire por las paredes inexistentes. Dos jóvenes juegan ajedrez, mientras una mujer disfruta de un buen libro sobre las propiedades de la cannabis. 

“Venir a fumar, es venir a protestar”

“Pachehontas” revela que en el Plantón 420 existen 6 personas de base, es decir, son los y las integrantes que “se encuentran en pie de lucha” y realizan guardias para proteger el área de invasores, ataques violentos contra mujeres e intentos de robar plantas. “La gente piensa que se fuman, pero solamente son de protesta”, ríe. 

Por otro lado, señala que son decenas de colectivos los que forman parte del Plantón. Desde la persona que viene y fuma, hasta la persona que barre, riega las plantas y acomoda los utensilios de trabajo, por mencionar algunas.

Venir a fumar, es venir a protestar, agrega Mayra.

El Plantón 420 tiene más de dos años frente al Senado de la República FOTO: Cuartoscuro

Al seguir caminando por las entrañas del 420 nos encontramos con el área más espiritual del sitio: “El Abuelo”, un temazcal cannábico que tiene actividades una vez al mes. Además de marihuana, aquí también se siembra maíz, calabaza y lavanda.

Mujeres Cannábicas en Resistencia es una colectiva que hace uso del espacio para realizar picnics 420, con el objetivo principal de ofrecer un lugar seguro y libre para las maternidades cannábicas.  

"Pachehontas" junto a "El Abuelo", el temazcal del Plantón FOTO: Especial

¿Es legal fumar marihuana en CDMX?

El colectivo capitalino abogó y celebró que en 2021 se aprobara en lo general la Ley Federal para la Regulación de la Cannabis. Ésta, estipula que las personas mayores de 18 años tienen derecho a consumir cannabis psicoactivo. Siempre y cuando no excedan los 28 gramos para consumo personal, no afecten a terceros (especialmente menores de edad) y no se comercialice o venda con fines lúdicos sin los permisos necesarios emitidos por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), por mencionar solo algunas de las cláusulas referentes al autoconsumo. 

Resistencia cannábica, una escuela popular 

La resistencia cannábica en CDMX inició hace cerca de 608 días, cuando diferentes colectivos comenzaron a fumar en pleno Ángel de la Independencia, luego se colocaron en el Zócalo y al final frente al Senado, donde hoy luchan por hacer visibles sus demandas y construir más zonas seguras para fumadores. 

Pasear dentro del Plantón significa disfrutar de plantas de marihuana sembradas dentro de pantalones de mezclilla, ver crecer huertos de lavanda y observar una casita de gallina abandonada por el tiempo. 

El espacio que surgió como protesta y activismo ha pasado a ser un área educativa e informativa sobre el uso lúdico de la cannabis, pues, comenta Mayra, “con la mota puedes hacer muchas cosas nada se desperdicia, puedes usar el cáñamo, su base, su raíz para shampoo, para una salsa, cannabis crudo”, entre otras cosas.

Las plantas dentro del Plantón 420 no son para consumo, asegura la activista FOTO: Especial

Uno de los proyectos que ha tomado más fuerza en el Plantón 420 es la Escuela Popular de Activismo Cannábico (EPACANN), espacio del que han egresado 13 generaciones de activistas cannábicos que reflexionan sobre “la importancia de reconocerse como personas usuarias de sustancias psicoactivas y sujetas de derechos”. También analizan las consecuencias de la actual política de drogas que los ha puesto en desventaja ante el sistema punitivo y castigador que, de acuerdo con  los manifestantes, los criminaliza, discrimina y niega constantemente sus derechos.

De igual forma, se realizan lecturas críticas sobre la narrativa vigente que construye ideas falsas y confusas sobre las sustancias psicoactivas, sus diversos usos, efectos y la relación que tienen los consumidores con ellas. 

(En EPACANN) aprendes sobre tus derechos, aprendes a defenderte y está padre porque son cosas que como pacheco no sabes, como la típica de ‘oye, qué sucede en una inspección de rutina

El peligro de ser “pacheco” en CDMX

“Estamos a expensas de lo que pase allá afuera”, relata “Pachehontas” al hablar de como ser parte de un espacio de activismo tiene muchas más implicaciones que solo fumar marihuana en el Plantón. “Ha pasado que viene banda a fumar de otros lados, la gente de afuera, que no forma parte de nosotros, ven que no conocen y los termina golpeando o robándolos”.

Los integrantes del Plantón han intentado mediar los episodios de violencia, algunas veces sin el éxito esperado; mientras elementos policiacos hacen rondines esporádicos en la Plaza “Luis Pasteur” y Mayra y sus compañeros expulsan a gritos a quienes intentan infiltrarse por encima de las rejas. 

Dentro del plantón se siembra también maíz y lavanda

El Plantón 420, señala, también se ha convertido en un espacio seguro para las morras, pese a que la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México no ha atendido sus solicitudes para poner “botones de pánico”.

Ser una mujer cannábica: el reto del activismo femenino

Ser una mujer cannábica te vuelve de carácter fuerte, asegura la modelo paint. Tanto ella como sus compañeras han prohibido los comentarios misóginos dentro del Plantón, pero también aprendieron a “dialogar sin faltar al respeto” y a construir lazos seguros para la comunidad que se mueve dentro del lugar. 

Aunque el obstáculo más grande para “las pachecas” han sido las “críticas por ser mujer y consumidora de cannabis”. La confrontación de su activismo con las famosas “Ateneas”, el escuadrón de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), tampoco ha sido sencillo. En una ocasión fueron encapsuladas durante una manifestación y el terror inundó sus cuerpos.

“Tenía mucho miedo, apenas llevaba 2 meses en la lucha. Era muy joven, pero después cursé la EPACANN y aprendí a mantener la calma porque no estamos haciendo nada malo”, explica.

El activismo cannábico no define completamente a “Pachehontas”, ya que en sus redes sociales se le aprecia como una modelo de body paint. “Yo utilicé mi cuerpo como lienzo y la mota me ha enseñado a que lo ame y lo respete como es”, señala. 

Más allá de los efectos psicoactivos que provoca la cannabis, la integrante del Plantón 420 asegura que la marihuana es utilizada como detonante de ideas artísticas. “La mota te sana, te cura más allá de lo científico, tiene un uso espiritual. Es una planta hembra, eso te conecta mucho”.

Mientras termina el recorrido, la paz en el 420 se irrumpe: “Hey, hey. Bájate”, le grita la activista a un hombre que intenta brincar la reja. “La entrada es por allá”, le señala molesta porque sabe que muchas veces lo que quieren es hurtar las plantas que el colectivo cuida con esmero todos los días.

De entre las casas de madera improvisadas, sale un hombre moreno, con largas rastas y lentes oscuros. Se sienta en una de las zonas más panópticas del Plantón y nos mira atentamente mientras otros jóvenes cuentan que “el ser pacheco” no es lo mismo que ser criminal y “Pachehontas” decide rematar: “En realidad, un pacheco consciente se une al contingente”.

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