Joaquín “El Chapo” Guzmán es el narcotraficante más conocido y poderoso en el mundo, incluso aún mayor de lo que fuera Pablo Emilio Escobar Gaviria en Colombia, país con el que Guzmán Loera tuvo una cercana relación de negocios que fue tan fructífera tanto para los que proporcionaban la materia prima de la droga como los grandes distribuidores, que el narco mexicano fue “bautizado” de manera especial por los sudamericanos.
Aquel niño pobre de la ranchería de La Tuna en el municipio de Badiraguato ubicado en la zona de montaña en Sinaloa, que solo estudió la primaria y abandonó la escuela para ayudar a su familia que era campesina, pronto su vida daría un radical giro al convertirse en uno de los hombres más ricos del mundo gracias al crimen organizado.
El joven Joaquín Guzmán Loera ayudaba entonces en las labores del campo para la producción, posteriormente, de marihuana y amapola, cuyas plantas las comenzó a plantar por su parte cerca de su casa, reconoció uno de los testigos en el juicio del siglo contra el capo mexicano. "Era una persona muy pobre, y por eso entró en el mundo del narcotráfico", contó en el juicio citado por la BBC.
Ya dentro de “las grandes ligas” del narcotráfico, Guzmán Loera llegó a formar parte de la superestructura criminal del considerado primer cártel del narco en México, el Cártel de Guadalajara comandado por el ex policía judicial, el “Jefe de Jefes” Miguel Ángel Félix Gallardo, quien creó un sistema parecido a cualquier empresa dentro de la delincuencia.
Los apodos de Joaquín Guzmán Loera y su significado
En su natal Sinaloa, Joaquín Guzmán fue llamado con un mote como cualquiera lo haría, basándose en alguna característica del apodado, en este caso, el de Badiraguato sería conocido como “Chapo”, que de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española (RAE), la palabra significa “persona de baja estatura”.
“El Chapo” con su metro y 64 centímetros de estatura fue llamado de esa manera en Sinaloa, aunque no fuera tan notorio su tamaño ante el promedio del hombre mexicano. Sin embargo, ese no sería su único mote con el que el futuro fundador del Cártel de Sinaloa sería identificado.
Cuando estaba con el Cártel de Guadalajara, “El Chapo” Guzmán conocía el acuerdo que Félix Gallardo hizo con los narcos colombianos para el trasiego ahora de la “nueva” droga con “mayor y mejor” efecto, la cocaína.
Luego de la captura de los tres fundadores del Cártel de Guadalajara: el “Zar de la droga”, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”, “El Chapo” tomó su lugar para hacer negocios con los colombianos.
Ya con el Cártel de Guadalajara sin cabeza, surgieron tres nuevas organizaciones: El Cártel de Tijuana de los hermanos Arellano Félix, el de Juárez al mando de “El señor de los cielos” y el de Sinaloa del “Chapo” junto con Héctor “El Güero” Palma y Juan José de Jesús Esparragoza Moreno, "El Azul".
Para demostrar su valía y valor agregado para los narcos colombianos, Joaquín Guzmán fue puesto a prueba, tenía que transportar grandes cantidades de cocaína y llevarlas a Estados Unidos lo más pronto posible; sin embargo tenía un gran problema con sus rivales en Tijuana que controlaban el trasiego de droga.
Con el fin de no perder su oportunidad e incluso perder la vida por quedar mal a sus nuevos socios, Guzmán ideó su innovador plan que fue construir narco túneles, con lo que pudo cumplir su promesa en tiempo y forma.
Por lo anterior, el “Chapo” fue “bautizado” por los narcos colombianos como “El Rápido”, mote poco conocido con el que el Control de inmigración y aduanas de EU lo identificó cuando era uno de los enemigos públicos de la nación norteamericana y que ahora cumple cadena perpetua en la prisión ADX Florence en la Unión Americana.
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