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"Los leños son nuestras monedas": Santiago Tianguistenco, el mercado de trueque del Edomex

Un mercado ancestral retomó actividades en Santiago Tianguistenco, donde se canjean maderos por alimentos

"Los leños son nuestras monedas": Santiago Tianguistenco, el mercado de trueque del Edomex
En el lugar hay hasta 100 puestos, donde se ofrecen productos de la canasta básica Foto: Gerardo García

En el mercado del trueque en Santiago Tianguistenco, a una hora de Toluca, la única moneda es el leño o palito de madera. Este material sirve para canjear los productos que la gente ocupará durante la semana, por ello, en el sitio nadie acepta efectivo.

El mercado, que se coloca en la cabecera del municipio, junta a truequeros de muchos pueblos indígenas, entre ellos hay mazahuas, otomíes, nahuas y tlahuicas, quienes acuden cada martes a surtirse.

La pandemia también frenó las actividades del sitio, sobre todo en la tercera ola, porque la mayoría de los participantes, por ser de edad avanzada, optaron por resguardarse en casa, época que recuerdan como muy dura.

La dinámica en el tianguis es sencilla: los truequeros llegan a las 6 de la mañana con sus productos que van desde verduras, frutas, productos de la canasta básica, abarrotes, carnes, comida hecha, asadura, maíz y tortillas, entre otros.

María de Jesús Huanosta, truequera desde hace varias décadas, explicó el proceso, que consiste en que las personas se acercan con uno o más productos a quienes llevan maderos y los cambian. 

Con los leños que obtienen de este primer trueque y que equivalen a un peso, comienzan a recorrer los pequeños puestos que se ponen en el suelo para comenzar a intercambiar por lo que necesitan. 

“La moneda es la leña, leña muerta, no es leña viva lo que traen los compañeros; esto es lo que dejan los talamontes, los leños son nuestras monedas”, contó. 

Roberto Aragón es un truequero que acompaña a su mamá, quien lleva más de 25 años acudiendo cada martes al mercado. Lleva piñas, zanahorias, pápalos y cebollitas cambray. 

A un costado de su silla hay un montón de palitos con los que le pagaron algunos de sus productos. A su vez, su mamá los cambiará por alimentos, y el sobrante lo usan para fogón. Apenas tienen un par de semanas que retomaron el trueque.

Isabel Alonso lleva atole de pinole y tamales verdes, rojos y de dulce; cada uno lo da a 15 leños.

Este mercado es ancestral; algunos cuentan que data de la época prehispánica cuando se juntaban los pobladores a canjear lo que cosechaban para poder comer.

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