La familia de Omar Reyes López, hidalguense que murió en el desierto de Chihuahua cuando intentaba cruzar la frontera con Estados Unidos, pidió a las autoridades que una historia como ésta no se repita jamás y, debido a que durante once meses emprendieron una búsqueda para localizarlo, que también sea ejemplo de esperanza para miles de familias que también buscan a los suyos.
Al concluir con las acciones fúnebres después de que los restos de Omar arribaran a su natal San Salvador, Hidalgo, la familia exhortó a las autoridades de manera pública a usar todos los recursos en su haber para la búsqueda y localización de las personas desaparecidas, y “que el hallazgo de Omar no sea único, sino un presente para llegar a los que nos faltan”.
Cuando el joven, de entonces 19 años, salió de su municipio, viajaba con otro grupo de migrantes en busca de oportunidades en Estados Unidos. En el desierto, ya en territorio estadounidense, se extravió. La última comunicación que su familia tuvo con él ocurrió el 19 de noviembre de 2021. Desde ese momento, se movilizaron desde Hidalgo, Nayarit, Sinaloa y Estados Unidos para gestionar su búsqueda inmediata.
Aunque agradecieron a organizaciones civiles, colectivos de búsqueda y dependencias de las entidades que ayudaron durante este proceso, en el curso también enfrentaron el retraso en acciones gubernamentales. La familia logró que el Estado usara todos los recursos públicos disponibles en la búsqueda al obtener un amparo del Juzgado Primero de Distrito de Chihuahua; asimismo, se activó una ficha amarilla en Interpol.
Durante este tiempo, la familia también recibió “innumerables llamadas de extorsión y de amenazas para detener la búsqueda de Omar”, pero continuaron con ella. El pasado 6 de octubre, la Fiscalía de Chihuahua notificó sobre la identificación de los restos de Omar, a través de un análisis de huella genética que resultó coincidente con la de su madre.
Por la reconstrucción de los hechos a través de los peritajes, las autoridades refieren que el joven falleció aproximadamente el 19 de noviembre de 2021, nueve días después de que se perdiera comunicación con él. Sus restos fueron hallados el 17 de septiembre de este año, en una finca abandonada en el municipio de Práxedis, Guerrero, muy cerca de Guadalupe, Chihuahua, en la zona donde se extravió.
“Los informes periciales indican causa de muerte ‘indeterminada’ y no reportan signos de violencia”, informó su familia, además de referir que en el lugar se encontraron, entre otros indicios, sus zapatos cafés y su escapulario, “el que se colgó en su cuello el día que salió de su casa en Santa María Amajac”.
Tras las diligencias de identificación, los restos de Omar arribaron a la Ciudad de México en un vuelo comercial el 12 de octubre, procedentes de Ciudad Juárez. La madrugada del miércoles 13 llegó a su hogar, donde fue velado, y al día siguiente fue sepultado en la comunidad que lo vio nacer.
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