Joseph Varon, jefe de cuidados intensivos de la Unidad Covid del United Memorial en Houston, Texas, dio a conocer que las pruebas para diagnosticar el coronavirus tienen dos graves problemas.
El primero es que la persona que las aplica muchas veces no está capacitada para tomar la muestra; el segundo es que muchos de estos tests fueron creados sin el rigor necesario, mientras que la tercera complicación está ligada con que los pacientes que obtienen un resultado negativo suele evitar los protocolos sanitarios.
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Explicó que el porcentaje de falsos negativos en estos kits caseros llega hasta al 20 por ciento, lo cual pone en riesgo a la población de contagiarse y pensar que está libre del virus.
Los procedimientos que suelen fallar más, indicó el experto, son los que utilizan la saliva o el hisopo nasal para tomar la muestra, lo cual suele causar riesgos de transmisión.
Agregó que lo ideal es que los resultados de estos procesos se suban a una base mundial para poder conocer si se aplicaron de manera adecuada, pero aseguró que esto esto es prácticamente imposible, porque es necesario que haya un especialista observando cómo se introduce el hisopo.
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Destacó que en Estados Unidos las filas para hacerse este procedimiento pueden llegar a aproximadamente cuatro kilómetros y que la cantidad de personas que buscan pasar por este test sobrepasa a los expertos, por lo que los resultados no son entregados de forma inmediata.
Explicó que la demanda aumentó de 20 pruebas diarias a más de cinco mil al día, lo cual, aseguró, se ha dado por el aumento de contagios y el temor de transmitir la enfermedad.
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