CHIAPAS

Crisis migratoria; Tapachula contiene la nueva Haití

Miles de migrantes atiborran la ciudad; duermen y venden en las calles en espera de que les den refugio

NACIONAL

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VENDIMIA. Venta de aguas, comida o de tarjetas de telefonía celular son las principales actividades que hacen los haitianos para sobrevivir. Foto: José TorresCréditos: Foto: José Torres

Tapachula es la nueva Haití. La segunda ciudad más importante de Chiapas y puerta de entrada a México está repleta de isleños que siguen a la espera de algún trámite migratorio o petición de refugio, sin que las autoridades correspondientes puedan darles una respuesta oportuna.

De acuerdo con cifras de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), al cierre del primer semestre de 2021 habían solicitado protección ante esta instancia un total de siete mil 132 haitianos en México. De este total, 80 por ciento de las peticiones se hicieron en Tapachula, lo que pone a Haití como la segunda nacionalidad con más asistencia, sólo detrás de Honduras.

Eso sólo en los seis primeros meses del año actual, mientras que en 2020 sumaron apenas cinco mil 960 solicitudes de los isleños.

Pero estas sólo son las cifras que ha logrado captar la Comar; no se cuenta el total de población flotante total proveniente de ese país y otras nacionalidades que también han comenzado a inundar las calles de esta ciudad conocida como la Perla del Soconusco.

En esta localidad fronteriza se han asentado cientos de haitianos en distintos sectores, principalmente en puntos donde el alquiler de viviendas les permite vivir en grupos hasta de ocho personas, mientras esperan los largos e interminables trámites de la comisión de refugio mexicana.

Según el activista Luis García Villagrán, defensor de derechos humanos en la frontera sur de México, estarían en ruta unos 14 mil haitianos más que ahora están varados en Panamá y buscan avanzar hacia otros países centroamericanos. Sin embargo, la intención final es llegar a Tapachula, en busca de la condición de refugio que les permita avanzar a la frontera con Estados Unidos o, si la situación no lo permite, quedarse en alguna provincia mexicana.

Para García Villagrán, el retraso en los trámites de miles de extranjeros se trata de una “práctica dilatoria” de las autoridades, que tienen la intención de mantener aquí a los migrantes y evitar que escalen hacia la frontera norte.

VIVEN DE VENDIMIAS

La mayoría de los haitianos se niega a hablar; tienen miedo de represalias si denuncian, informan o dan a conocer su situación en Tapachula. Pero hay algunos intrépidos como Josué Méndez, originario de la capital Puerto Príncipe.

El hombre de 30 años viajó desde la isla a Chile, después escaló a Panamá hasta que pudo llegar al sur de México.

“En Haití está toda mi familia. Algunos cuantos se murieron en el terremoto de ahora mismo. Hay de todo en mi país, hay de todo, hay una crisis migratoria”, señaló con un español casi perfecto.

–¿Cuánto tiempo llevas en Tapachula? –se le pregunta. Y afirma que ha cumplido un mes y 26 días, tiempo que ha esperado para su cometido final que aún vislumbra lejos: llegar a Estados Unidos.

Josué tiene que dormir muchas veces en la calle, trabajar en algunas tareas de traducción que le dan algunos pesos para poder comer en su día a día, pero siempre con el instinto de hallar una oportunidad de salir hacia el norte de México y tocar base en la Unión Americana.

Pese a esto, vislumbre el panorama desalentador. “No nos dan respuesta, estamos desesperados y aquí la gente no nos quiere, no sé si es por nuestro color o porque ya somos muchos los que estamos aquí, pero necesitamos irnos ya”, afirmó.

Como Josué, miles de haitianos están en las mismas condiciones infrahumanas, sobreviviendo con venta de aguas, comida endémica de la isla y hasta en la venta de tarjetas e telefonía celular en las calles y avenidas de esta calurosa ciudad, donde el sol cae a quemarropa.

EMPRESARIOS, DESQUICIADOS

La oleada de migrantes haitianos en plena pandemia representa un foco de contagios e inseguridad, coinciden muchos comerciantes y empresarios que se agrupan en las céntricas calles de Tapachula, que ha sido la zona más acaparada por los isleños.

José Elmer Aquiahualt Herrera, miembro de la Asociación de Empresarios Establecidos del Centro de Tapachula, señaló que las autoridades municipales, a cargo de la presidenta Rosa Irene Urbina Castañeda, son indiferentes ante la situación y no ponen orden en lo que ocurre en el centro de esta ciudad.

“Es una situación que agobia al centro, los haitianos poco a poco fueron ganando terreno y ahora se han apoderado de la 10ª Calle Sur y el mercado Sebastián Escobar. Hemos metido muchos escritos ante las autoridades municipales, entendemos que también compete a la Federación, pero ni uno ni otro atiende esta situación en la pandemia”, aseveró.

Aclaró que no se trata de una postura xenofóbica, pero los haitianos han incurrido en no respetar las normas sanitarias para evitar contagios y se aglomeran en muchos puntos de la ciudad. Además, dijo, la molestia se ha extendido no sólo al centro histórico, también a varios puntos del municipio donde se han tenido altercados o problemas por diferencias de lenguaje o idiosincrasia.

“Los haitianos no usan cubrebocas, les molesta cuando alguien les dice que lo use, venden por todos lados, ocupan las banquetas y entradas a negocios. Todo esto se le ha externado al Ayuntamiento de Tapachula y por alguna razón no han atendido. No hay un ordenamiento para los que están y , de seguro, para los que van a llegar.

Hasta entonces, un embudo humano se sigue formando en la frontera sur, ahorcada por la presencia de miles de migrantes y la indiferencia de los tres órdenes de gobierno. Tapachula cada día se transforma más en la nueva Haití.

PAL