COLUMNA INVITADA

Prosperidad jurídica

Necesitamos, como seres humanos, mejorar en ciencias y disciplinas que impulsen el desarrollo

NACIONAL

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Enrique Quiroz Acosta/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México/Foto: Especial Créditos: Especial

Las diversas disciplinas y ciencias siempre son discutibles, y no sólo ello, siempre son perfectibles. Pero, ¿perfectibles para qué? Mejorar para alcanzar los logros que implican, finalmente, mejorar la vida, empezando, desde luego, por la vida de los seres humanos.

Hoy en día, y desde hace décadas, entendemos prosperidad por progreso, evolución sí, pero pareciera que nos inclinamos al tema económico.

Es decir, entendemos prosperidad como mejoramiento, evolución y éxito en la satisfacción de las necesidades, logros, y particularmente, especificidades materiales.

Lograr la prosperidad implica pues, éxito. Y sin duda, insistimos, hoy lo ubicamos en temas fundamentalmente económicos. Pero la prosperidad no puede ni debe circunscribirse únicamente a los ámbitos económico, el material y el satisfactorio sensorial.

Si prosperidad implica en su sentido amplio, mejorar, necesitamos como seres humanos y, particularmente, en diversos aspectos, en nuestro país, mejorar en ciencias, técnicas y disciplinas que impulsen el auténtico desarrollo:

La realización de los valores y satisfactores sociales e individuales de los seres humanos en sociedad. Por ello, debemos ubicar la “vista” y objetivos, también de manera preponderante en lo jurídico.

Todo es cuestionable cuando se trata de temas públicos, sin duda necesidades y pasiones envuelven lo político.

En la especie, lo jurídico es fundamental para vivir y ¿por qué no decirlo? También para sobrevivir.

El Derecho como tal no es simplemente “sustituible” como tal, y no es porque nace y permanece por necesidad de la vida social. Siempre será un tema envuelto en polémicas interminables, pero siempre será indispensable, sea la corriente o el matiz que se exponga.

Al trasladar el tema de la prosperidad a lo jurídico, no podríamos quedarnos en la óptica “econométrica”. Es decir, la generación y aplicación de un modelo jurídico que sirva al desarrollo, que sirva a la economía para alcanzar satisfactores para toda la sociedad, de manejar justa y equitativa la riqueza.

Claro que ello es importante, pero debemos ir más allá. Necesitamos prosperidad jurídica en esto y otros aspectos, con el propósito de que el sistema jurídico responda a la variabilidad de necesidades de la sociedad, claro que, incluyendo las necesidades económicas, pero también todas aquellas que lleven a felicidad.

Desde luego, habría que pasar por la salud, educación, empleo, vivienda, recreación y paz (porque la tranquilidad, no tiene precio).

En fin, los abogados tenemos los retos más importantes de la especie humana: Que todos nos realicemos en justicia, bienestar, seguridad y armonía. Alcanzarlos es la auténtica prosperidad.

POR ENRIQUE QUIROZ ACOSTA 
ABOGADO Y COLABORADOR 

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