Carlos Flores, investigador del CIESAS, dijo que la detención de Luis Cárdenas Palomino, el exfuncionario público y antiguo colaborador del extitular de la Secretaría de Seguridad Pública, Genaro García Luna, es significativa, ya que no solo enfrenta acusaciones a nivel nacional sino también trasnacional.
Además, dijo que aunque estos exfuncionarios no se encuentran sentenciados, porque siempre cabe tener la reserva de la presunción de inocencia, es altamente probable que el resultado será condenatorio.
"Es muy difícil que una acusación de esta naturaleza en una corte estadounidense por parte de una fiscalía, sea hecha a la ligera, es decir, la correlación de casos que van apoyados por una acusación federal en Estados Unidos, que llegan a una sentencia condenatoria en contra de una persona es altísima, por lo que es altamente probable que el resultado será condenatorio.
Respecto a Cárdenas Palomino, refirió que si bien en el caso de la Fiscalía, el delito por el que se le está acusando es secuestro, también hay otras instancias federales como la Unidad de Inteligencia Financiera que tiene otras investigaciones en su contra por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, además el juicio que se le sigue a quien fuera su jefe por parte de la Corte Penal de Estados Unidos, lo inculpa también.
En este último caso, destacó, se le ubica como coparticipe en delitos como narcotráfico y protección a organizaciones de la delincuencia organizada, así como lavado de dinero.
Respecto a si la detención de Cárdenas Palomino servirá para reforzar las acusaciones en contra de García Luna, el investigador señaló que es probable, dado la complejidad del delito del cual se le inculpa en Estados Unidos, por lo que seguramente el Departamento de Justicia buscará la extradición a ese país.
Además, indicó que la intervención de la Secretaría de Marina en su detención se debe a la eficiencia que ha demostrado la institución a lo largo de los últimos años, para llevar a cabo capturas de actores significativos, "que con este tipo de acciones nos sigue demostrando que está a la vanguardia".
¿Avances en la seguridad?
Flores señaló que desde 2008, los indicios que se encontraban respecto a los nexos del poder con el crimen organizado eran rechazados por los funcionarios y también por algunos medios.
"La tendencia era aventar el aparato en contra, asumiendo que se trataba de una crítica de índole política contra una administración federal, aunque no había tal, las evidencias daban indicios preocupantes de acciones sesgadas para favorecer a una organización delictiva, como el Cártel de Sinaloa, Los Beltrán Leyva, que era una estructura inserta en esa organización más amplia, eran parte de lo mismo".
Respecto a la defensa a ultranza que tuvo Felipe Calderón con García Luna y su equipo, el especialista agregó que era incomprensible porque siempre se le planteó con el mejor de los ánimos todos los indicios que había en su contra, pero no los atendió.
Por ello, ahora Carlos Flores recomienda que México esté muy receptivo a la información que fluya en el juicio contra el extitular de Seguridad Pública y que haya una estrecha colaboración con las autoridades de justicia estadounidenses para intercambiar información de manera proactiva, y al mismo tiempo, otros involucrados encuentren su sitio de tratamiento penal por parte de la justicia mexicana y la estadounidense.
Relación entre política y narcotráfico
La relación entre la delincuencia y el poder político no es nueva, aseguró el investigador, es fundacional desde el régimen posrevolucionario, no se puede hablar "de una penetración unilateral a la estructura de poder, lo que ha habido es una compenetración, una simbiosis histórica, pero antes el régimen operaba de manera más estable, y con lineamientos más claros".
Pero tras la alternancia, esos vínculos no se desmantelaron, solo se hicieron más pequeños, se "fueron atomizando", y en ese proceso el desgaste de 20 años, favoreció que estos escenarios se reproduzcan de manera más caótica en distintas entidades, ya no se trata de una o dos grandes organizaciones delictivas, ahora ya hay más grupos y en algunos casos esa violencia se hace más visible en los espacios municipales, donde hay una menor capacidad institucional.