A una semana del miércoles de ceniza donde San Luis Potosí continuará en Semáforo Rojo epidémico por pandemia Covid-19, la Arquidiócesis potosina llamó a que se imponga el signo desde el interior de las casas.
Actividad sacramental
El vocero del Arzobispado, Juan Jesús Priego Rivera precisó que la imposición de la ceniza es una actividad sacramental, pero no propiamente un sacramento, donde el fiel católico reconoce su necesidad de conversión, por lo que pidió que por este año este signo lo sigan desde las transmisiones electrónicas.
Sin embargo, sugirió también que por esta ocasión incineren misales antiguos o ramas usadas en la Semana Santa 2020 y con esa ceniza imponérsela los mismos integrantes de cada familia:
"hacemos la invitación a que los papás, a que los jefes de la familia se lo impongan a sus hijos en una celebración cortita, donde haya oración, donde se lea un fragmento de la Escritura, bajar de Internet una lectura de la Cuaresma con la que da inicio el Miércoles de Ceniza", expuso.
El portavoz de la Arquidiócesis señaló que normalmente las cenizas que usa cada parroquia se bendicen por parte del arzobispo, Jesús Carlos Cabrero Romero, pero que este año el semáforo rojo epidémico justifica que no sea así.
Iglesia Católica en peligro
Por otro lado, Priego Rivera señaló que las pérdidas para la Iglesia Católica potosina son del 100 por ciento debido a la falta de limosnas por el cierre de los templos y parroquias, "desde hace diez días no tenemos entradas de ningún tipo", enfatizó.
Explicó que como cualquier otra persona moral pagan renta, servicios y nómina, incluyendo seguridad social a los trabajadores lo que los ha llevado la quiebra, "incluso la Arquidiócesis de México no tuvo ninguna timidez en decir estamos quebrados, así estamos en San Luis Potosí, en quiebra porque no tenemos asistencia de fieles, porque la oportunidad de ayudar es cuando van los domingos y no pudiendo ir tampoco hay en ese sentido ayudas", subrayó.
Lamentó que el grueso de la población esté padeciendo los estragos económicos de la pandemia, no así la clase política que pese a todo sigue viviendo del erario.
Por Pepe Alemán
SN