A pesar de que se tiene el marco legal que debiera darles la oportunidad de hacer crecer la actividad, por falta de incentivos, la falta de esquemas gubernamentales de apoyo y el retiro de subsidios de parte del gobierno federal han convertido a la acuacultura en una actividad en peligro de extinción.
Carlos Urías Espinosa, presidente de la Confederación de Organizaciones Acuícolas del Estado de Sinaloa (COAES), dijo que la actual Ley Acuícola contempla apoyos para el consumo de energía eléctrica pero, los acuicultores no pueden aplicar el esquema porque ninguna autoridad, sea estatal, federal o municipal, les han brindado las condiciones para dotarlos, al menos, de un tendido eléctrico.
El problema que hay con esta Ley para la Acuacultura -precisó el dirigente- en especial es que no hay lineas de distribución cerca de los campos acuícolas, son una minoría, ahí te vas a encontrar por Navolato un grupito que ya tiene energía porque la línea pasaba por sus granjas, pasa lo mismo en algunas granjas en Guasave, pero el sector acuícola en Sinaloa ni siquiera el 10 por ciento tenemos energía eléctrica.
Ante la falta de apoyos, precisó el dirigente de los acuacultores, se están desperdiciando los beneficios de una norma legal que fue creada en el año 2002 que, entre otros beneficios, contempla un ahorro del 50 por ciento en el consumo de energía eléctrica.
Urìas Espinosa dijo que en 2018, con el discurso del nuevo gobierno federal, se pensaba que podrían mejorar sus condiciones sin embargo, una vez que se instaló Andrés Manuel López Obrador, lo primero que se hizo desde La Comisión Nacional de Pesca fue eliminar el subsidio al diesel que se utiliza para el bombeo de agua de los estanques y, aunque se han hecho las gestiones ante la autoridad estatal, si bien el gobierno de Quirino Ordaz Coppel los ha escuchado, solo ha destinado recursos para que los pescadores tengan motores marinos.
mgm